He escuchado cantidad de veces a padres de familia decir
al niño; –ya vas a ir a la escuelita y vas aprender a leer– lo dicen tan
gustosamente que el niño inocentemente reacciona alegremente. Y bien por
aquellos padres sabedores que envían a sus hijos a la escuela preparados, pero
preparados de verdad tanto emocional, como
social y cognitivamente. Hablo de que saben que su hijo o hija están listos
para aprender a leer, escribir y por supuesto aprender las matemáticas porque
es un niño que posee;
Excelente noción respecto a su ubicación espacio – tiempo se
desplaza confiadamente y con seguridad y ha aprendido a diferenciar izquierda –
derecha.
Cuenta con un lenguaje tan vasto que es capaz de entablar
charlas con adultos.
Emocionalmente sabe protegerse, responde si alguien lo
saluda o le preguntan algo y por supuesto que sabe respetar a los demás porque
no pega, sabe emplear las palabras para defenderse.
Es un niño inteligente porque posee conceptos, conoce los
números y es capaz de resolver problemas sencillos.
Logra clasificar por colores, tamaño, formas, tonalidades,
alturas, grosores y hasta categorías.
Sabe conservar porque cuando mama le da jugo, al igual que
su hermano, solo que en vasos distintos semejando que uno contiene más, él o ella
saben que es la misma cantidad porque han mirado que mama ha igualado previamente
la misma cantidad para ambos.
Posee la capacidad de categorizar cuando de arreglar sus
pertenencias se trata, sabe dónde colocar playeras, camisas, pantalones,
zapatos, etc.
Ha descubierto un orden estable respecto a los números, es
decir sabe que se inicia con uno, le sigue el dos y sabe que el último número
que cuenta refiere a la totalidad.
Posee conceptos geométricos porque distingue entre figuras
y cuerpos geométricos.
Entonces estamos hablando de que es un niño listo para
irse a la escuelita para aprender a leer y escribir y por supuesto que las
matemáticas no serán ningún problema para él
o ella.
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