miércoles, 1 de noviembre de 2017

La falta de atención en la edad preescolar

La falta de atención cobra su cuota durante la edad preescolar, en especial si el niño o la niña no han conocido el sentido de las reglas, uno de los motivos de la falta de atención. Los padres llegan a experimentar tremendas preocupaciones cuando la maestra de su hijo (a) les reporta que es inquieto, no atiende o no hace caso. En ese momento los padres desean encontrar la solución inmediata hablando con el niño para que se comporte o darle el medicamento correcto para que sepa atender en la escuela. Lamentablemente no es la vía para resolver el problema, si ha sido el reporte que te han dado de tu hijo quien te ha llevado a un darte cuenta la vía inmediata es actuar, pero actuar en función de crear patrones de conductas que fomenten la atención de los niños para que atiendan instrucciones y sepan cómo reaccionar cuando un adulto les hable. Cometidos que no se logran de la noche a la mañana, se precisa de una tarea ardua y desgastante para llevar a cabo un plan efectivo para colaborar con niños y niñas que carecen de atención. Ardua porque deberás dotarte de los recursos pedagógicos idóneos para reeducar la atención de tu hijo (a) desgastante porque no tendrás efectos inmediatos una vez que inicias el proyecto corres el riesgo de claudicar lo cual multiplica el problema. La única vía para llegar a la solución es tu capacidad para detectar en casa que es lo que provoca la falta de atención en el niño; es el televisor, son los juegos virtuales, es el internet o la falta de reglas en casa. Hecho tu análisis será momento de emprender el cambio, es decir iniciar un proyecto de trabajo con el niño (a) y no lo quieras hacer en un solo evento, inicia gradualmente para ir incrementando el nivel de complejidad con miras a redireccionar las conductas del niño fortaleciendo su atención. Por ejemplo; si el niño (a) mira dos horas el televisor, disminuye el tiempo a hora y media, y asegúrate que esa media hora sea sustituida por alguna actividad que favorezca su atención. Si se niega a obedecer asegúrate de no claudicar cuando das una instrucción, ten en cuenta que no es culpa de los niños que no te atiendan, es efecto de una instrucción imprecisa o agresiva.

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