Según investigaciones el origen del
maltrato a niños y niñas proviene de la cadena de
interacciones familiares que se viven dentro del hogar. El maltrato es con
mucha frecuencia el resultado de la acción disciplinaria que buscan los padres
hacia sus hijos respecto a un acto específico. Los padres responden
negativamente a comportamientos que exceden los límites de tolerancia. Los
comportamientos que desencadenan el maltrato proviene de acciones que propician
los niños como la mentira, el robo, la desobediencia, ausencia sin permiso,
peleas, se niegan a realizar tareas domésticas, tareas escolares situaciones
ante las cuales los padres sienten la necesidad de reprimir. En otros casos los
padres reaccionan negativamente a comportamientos que en un comienzo fueron
tolerables pero que se tornaron intolerables debido a su prolongación o
repetición. Veamos algunas características del maltrato:
- Niños y niñas tienen las mismas probabilidades de ser maltratados, los niños pequeños con mayor frecuencia. El maltrato al niño puede provenir tanto de la madre como del padre.
- La situación económica provoca el maltrato en niños y niñas.
- El contexto que propicia el maltrato puede ser: dificultades emocionales, conflictos conyugales, tensión hogareña, intervenciones externas a la familia, padres con adicciones.
- La edad es otra situación que provoca el maltrato,
- El comportamiento de niños y niñas. Los niños desafiantes tienen mayor probabilidad de ser maltratados.
- Los niños envueltos en conflictos con sus padres acerca de la comida, la evacuación, el sueño o la hiperactividad provocan el maltrato.
Ahora te presento algunas entrevistas
que detallan el comportamiento que culmina con el maltrato:
Coral (dos años y medio) siempre
parece estar peleando hasta el punto que me preocupa. Nunca me escucha, nunca
hace lo que le digo. Y tiene exactamente la misma actitud negativa ante todas
las cosas. Y todo es “no” y llego al punto en que no puedo soportar más cuando
me dice que “no” es muy frustrante para mí, de modo que casi siempre llego a un
límite, como es vez que le di una paliza.
Era de mañana y le pedí a Enrique (3
años) que quitara sus juguetes de aquí para que no estuvieran en mi camino y él
se volvió y dijo “no” y luego zapatea y corre por otro lado, corre por la casa
moviendo los tiradores de las puertas y yo entro para detenerlo, le grito y el
no escucha de modo que tengo que pegarle y meterlo en la cama. No pude
convencerlo de que se calmara y entonces al final tuve que venir y pegarle
porque no me hacía caso y no me respetaba. Se pasó de la medida conmigo y ya no
lo pude soportar más.
Los niños (6 y 8 años) y yo tenemos
que levantarnos temprano para que yo pueda tomar el autobús al trabajo y ellos
el autobús a la escuela. Saben que si pierden el autobús a la escuela no podrán
ir a la escuela, así que a veces, como esa mañana que estamos hablando, los niños
sin que yo me diera cuenta quitaron la alarma del despertador. Mire el reloj
cuando me desperté y vi lo tarde que era, fui y les dije que se prepararan para
ir a la escuela. La ropa de Joyce para la escuela estaba en mi cuarto y ella
tendría que haber ido a buscarla, pero se quedó sentada y yo espere pero no
vino. Yo me vestí completamente y fui a su cuarto y ella todavía estaba sentada
en el mismo lugar, sin vestirse, sin hacer nada, más que sentada allí sabiendo
que tenía que ir a la escuela. Esto me volvió loca, ella sabe que yo trataba de
que fuera a la escuela, de modo que cogí la correa y volví a su cuarto para
pegarle en la cara, le deje un ojo morado y una marca en la cara.
Le pedí a los niños (10 y 14 años)
que hicieran las tareas domésticas y me respondieron de mala manera con malas
palabras diciéndome que no lo harían, les pedí que lavaran los trastos y
limpiaran la sala y ellos discutían sobre el asunto dándose puñetazos y
patadas, jalándose el pelo y a mí todo eso me puso realmente mal y eso me hizo
estallar no pude aguantar la presión y lo hice.
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