miércoles, 10 de mayo de 2017

Declaración de una madre

Declaro que ser madre es una tremenda responsabilidad. Lo declaro sin ánimos de negación por el contrario es una declaración cargada de conciencia y emoción. Sin tantos rodeos y con plena conciencia de lo que significa para mí la crianza de un hijo o el hecho de dar a luz a un alma, es eso; “dar luz a otro ser” hablando metafóricamente, dar luz a otra alma fue el cometido que me mantuvo enfocada en mi hijo a lo largo de su crianza, aun ahora que ya es un adulto si pide mi ayuda contribuyo gustosamente con él, sin entorpecer sus decisiones. La educación de un hijo me exigió responsabilidad y conciencia, lo sé porque lo hice. La responsabilidad fue la columna que me sostuvo y mantuvo avante durante su crianza, toda situación que aludiera a su educación, salud o enseñanza siempre se guiaba por el corazón, solo el corazón se aseguraba de no fracturar ni una micra del espíritu y alma de mi hijo y lo logre gracias a la conciencia, la conciencia que siempre dictaba al corazón los errores que llegaba a cometer como madre. Si hubiese escrito estas letras cuando mi hijo recién tenia uno o tres añitos para nada abordarían el término “responsabilidad” pero si abordaría la palabra “conciencia” siempre supe que quería tener un hijo aun y cuando desconociera el significado de ello. Hoy en día soy tan consciente de ser madre que poseo la solvencia para declarar que es una experiencia única, única porque a lo largo de la crianza el cumulo de vivencias son tan inciertas, cambiantes y hasta alucinantes que te demandan hasta la última gota de inteligencia para  guiar a otra alma con certeza, con absoluta sabiduría para no robarle ni un respiro de su integridad, mucho menos lesionarla sumado a ello se precisa de un gran espíritu de estabilidad emocional para no desfallecer, caer en las desesperaciones o las invasivas ansiedades del no saber qué hacer cuando se viven situaciones de enfermedad, educación, aprendizajes, conductas rebeldes, nos ignoran, nos piden ayuda, evaden e incluso nos reclaman el hecho de no ser buenas madres pero cuando se está consciente de la responsabilidad que uno tiene en la vida uno sencillamente encuentra salidas idóneas, casi de manera misteriosa para continuar. Estar consciente del ser madre es esa absoluta transparencia del darte cuenta del cómo eres con tu hijo o hija, del que tanto te esfuerzas para guiarlos adecuadamente, que tanto cuidas de ti emocional y orgánicamente para poseer la suficiente energía que demanda la crianza. Ser madre me significo impregnarme de la energía, empaparme de voluntad y destilar amor tres velas que se deben poseer  para llevar a buen puerto la crianza.  Cuando se es madre uno se encuentra la mayor parte del tiempo en la tabla del enjuiciamiento viniendo de ti, de otros, de la cultura, la sociedad...uno entra en constante alerta e indagación en aras de saber si se está siendo buena madre o mala madre situaciones que lo dejan a uno desorientada o extraviada sobre todo si no se cuenta con la confianza suficiente para decirte a ti misma; -haga lo que haga con mi hijo viene de mi corazón y todo estará bien- tu corazón siempre es una garantía de criar con inteligencia y sabiduría, actuar desde tus profundidades es garantía de una crianza divina así que no hay porque extraviarse. Ser madre me significo una tremenda luz para actuar con responsabilidad y conciencia. Hoy en día poseo la capacidad de no ser un obstáculo en la vida de mi hijo, poseo la sabiduría de respetar su intimidad y decisiones sean las que sean. 

A treinta y tres años de Ser madre hoy festejo mi decisión de dar vida.

"Mi reto mas significativo; soltar a otra alma"

"Mi hazaña; vivir en comunión con mis hombres"

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