Cuando los niños conocen el sentido
de una rutina familiar aprenden a tener sus propias responsabilidades y para cuando
asistan a la escuela no enfrentaran problemas de tipo rutinario como el
abotonarse el suéter, cuidar su mochila, copiar la tarea o tan simple como
saber comer su lunch que le prepara mamá.
Hablo de que una rutina diaria es
el cimiento de la responsabilidad en los niños, es el camino para
enseñarles a valerse por sí mismos, ser colaboradores, participantes y
desenvolverse con soltura en diferentes situaciones. Guiar al niño en su rutina
diaria es llevarlo niño a cuidar de su persona, más tarde de sus pertenencias y
para cuando tenga entre cuatro o cinco años quizá ya conozca el sentido de la
colaboración en el hogar veamos cómo puedes incentivar estas conductas las
cuales serán determinantes para la independencia de tu hijo.
Entre uno y dos años la primera
conducta a desarrollar a través de la rutina es la alimentación. La
alimentación es importante para enseñar al niño a alimentarse por sí solo, desarrollar
habilidades motoras y lo más fundamental; valerse
por sí mismo. Si durante esta etapa tu hijo inicia a ser independiente al
comer aun y cuando derrame la comida, coma con las manitas o tire los
utensilios serán actos que lo estarán llevando a adquirir habilidad y otros de
pura experimentación, descubrimientos y también te permite aprovechar el
momento para enseñar al niño lo que es correcto y lo que no, es decir además de
enseñar al niño a seguir instrucciones estas habilitándolo para ser
independiente. Pero si durante esta etapa solo te preocupa que el niño coma
bien y no derrame la comida, también ocúpate de que el niño desarrolle las
habilidades antes mencionadas ya que serán determinantes para su desarrollo. El
vestirse es otro acto de la rutina diaria que te ayuda a generar conductas de
responsabilidad en el niño sobre todo entre tres o cuatro años. Si le enseñas
poco a poco a subirse los calzoncitos después de ir al baño, subirse el
pantalón, el cierre o abotonarse el suéter serán simples actos para estimular
su independencia y para cuando vaya a la escuela no se quedara paradito esperando
que alguien venga en su ayuda. Además mediante estos hábitos estas desarrollando
habilidades motrices en el niño tanto finas como gruesas. Lo mismo aplica para
el cepillado de dientes, lavado de manos o limpieza de su cuerpo.
Para cuando el niño tiene cuatro
años o más enseñarlo a colaborar con el orden de sus pertenencias es importante
pues además de conocer el sentido del orden desarrolla múltiples habilidades
como descubrir que el empleo de sus juguetes genera el efecto de retornarlos a
su lugar, desarrolla atención al colocar todo en su lugar y propicia los hábitos
que tanto preocupan a los padres. Justo en esta edad quizá empiecen las tareas
escolares y para ello tu rutina será determinante por lo que deberás ser muy
disciplinada al enseñar al niño hacer la tarea, situación que no será sencilla,
pero si eres constante al guiarla estarás enseñando al niño de manera natural su
primera responsabilidad. Un horario, un espacio, y un tiempo son los elementos clave
para no lidiar mucho tiempo con las tareas que el niño lleva de la escuela.
Cuando una rutina diaria es
aprovechada al máximo en primera instancia para enseñar al niño a valerse por sí
mismo y en segunda instancia para conocer el sentido de responsabilidad a
medida que crezca tu hijo o hija no presentaran problemas de adaptación o
conducta en la escuela porque en casa le han enseñado a ser independiente.
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