La atención, como lo he abordado en varios de mi
videos, no es una cuestión que se deba enseñar, urgir o exigir a un niño, la atención
es una reacción muy natural ante algo o alguien que atrae al niño y el niño se
mantendrá atento si lo que escucha, mira, toca o explora atrapa su atención poderosamente pero si esto
no sucede la atención sencillamente tendera a diluirse. La atención posee
distintos niveles de madurez y surge cuando nace él bebe.
Simplemente atendemos
cuando algo nos interesa o dejamos de atender cuando se ha diluido el interés. Lo valioso de la
atención se halla en la percepción, en capturar esos mínimos detalles que se
encuentran por tu paso y precisamente ahora que el nene recién se inicia a
atender justo se encuentra desarrollando tan valioso don; percibir por ello lo miras que explora, va tras algo, hurga y hurga
porque a medida que se involucra en la exploración infinidad de percepciones se
le van presentando. Lamentablemente tan precioso don se tiende a diluir debido
a conductas adultas pues en aras de que el niño atienda, sobre todo entre los 3
y 6 años, lo urgimos llamando su atención o nos la pasamos diciéndole; ¡atiende!
Estoy de acuerdo en pedir al niño que atienda, pero en lo que no estoy de
acuerdo es en la forma de como se le pide pues muchas veces se llega a abusar de dicha palabra
bajo múltiples tintes conductuales.
Existen múltiples formas para iniciar a tu bebe a atender sin
trastocar tan divino don “percepción”.
Solo válete de tu interés para hacerlo y conseguirías lo inimaginable en tu
hijo. Durante la primera infancia, que va de los 3 a los 6 años la atención del
niño tendera a ser altamente dispersa, normal o extremadamente pasiva mucho tendrá que ver el medio donde se
desarrolla el niño y en especial como se ha ido canalizando su atención. Como
padres se espera que el niño posea una atención normal por lo que recomiendo identificar
en primera instancia como es la atención de tu hijo o hija. Es decir que
tanto el niño te atiende cuando le hablas, le das instrucciones o le pides algo,
que tanto el niño es capaz de percibir los mínimos detalles que le rodean. En
tanto seas capaz de percibir como es la atención de tu pequeño sabrás si el niño posee
una atención normal, si es dispersa o definitivamente no te atiende para nada.
Para estos dos últimos casos recomiendo aplicar a tu hijo una evaluación psicodiagnostica
para que tengas un resultado confiable del desarrollo del niño. Lo importante de
ello es tener la certeza de lo que sucede a tu hijo para no caer en diagnósticos
dichos solo de palabra lo cual altera la conducta del niño ya que muchas veces no necesariamente llega a ser un trastorno. Por ejemplo; un niño demasiado activo es un
niño que quizá en casa desde pequeñito se le otorgo demasiada holgura y no se
le ha enseño a atender lo cual no quiere decir que ya sea un trastorno. De
no familiarizar al niño a temprana edad a seguir instrucciones o atender por mínimos tiempos autocontrol y pulsión energética tenderán a desabordarse
y en la medida que vaya creciendo el niño tendrá más energía para gastar por
doquier. Por ello recomiendo estar alerta para no alarmarte si de pronto te dicen
que tu hijo es hiperactivo, pues si has venido monitoreando la atención de tu
hijo sabrás que hacer, además estaras más consciente de que lo que te dicen, sabrás si lo dicen a la ligera o sin un dato preciso. Ahora que tienes el referente de la atención,
sabrás que hacer para contribuir con tu pequeño
Muchas gracias!!!
ResponderEliminarA ti Maierlos!
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