Si a los tres años has confundido la autonomía con
la permisibilidad exagerada, es decir;
permitir que el niño haga lo que quiera, será una clara manifestación de que tiene el control sobre ti y eso no es autonomía. Y para cuando no estés
en posibilidades de darle lo que quiere sus conductas tenderán a
tornarse en rebeldía o agresividad porque te exigirá que te comportes como lo
has venido haciendo; “dándole todo”. Lo querrá todo y ahora tendrás que controlarlo
y él querrá controlarte, lo cual solo deja a ambos sumergidos en tremendas
crisis. El antecedente fue que te entregaste a él o ella a temprana edad
dejándolo hacer su voluntad. Aun cuando el costo por enseñarle al niño a ser
autónomo sea alto para atender normas, más vale hacerlo ahora a dejar que pase más
tiempo y el niño se convierta en un pequeño tirano que controla a todos donde
quiera que vaya. Otro tipo de situación que merece la pena retomar, hablando de dependencia sucede cuando observamos a un niño o niña que son tímidos, no
reaccionan, casi siempre esperan a ser atendidos por el adulto, es decir solo
reaccionan mediante ti y para cuando el niño sale a la escuela los pequeñitos
no saben cómo reaccionar. Conductas que son una clara manifestación de falta de
autonomía.
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