De acuerdo con la UNICEF, la captación de menores en la red con
fines sexuales puede llevarse unos minutos, horas, días o meses, según los
objetivos y necesidades del agresor y las reacciones de los niños.
De acuerdo a nuestra sagacidad es mejor estar alerta para
detectar; cuando un niño no deja el móvil, tiembla cuando entra a la red, entra en ansiedad al responder
en el chat, se levanta de noche cuando todos duermen para emplear la webcam, despierta
malhumorado... Seamos más sagaces que el peligro, no podemos sentarnos a
leer cifras y cifras de niños violentados, actuemos "ya" con el niño que vive en casa
para que no sea parte de la estadística.
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