¿Quién no ha tenido alguna vez una experiencia de hablar en público? te
puedo afirmar que a veces hemos pasado por ese tipo de experiencias. Sea en
casa, la familia, la escuela de los niños, un evento, una celebración, un
taller, un foro o un simposio. Cuando se experimenta el hecho de hablar en
público, si nos es familiar nos resulta muy normal, pero si es la primera vez o
incluso siempre que lo haces experimentas nerviosismo, temor, titubeos o en el
instante de estar hablando trastrabillas, repites una y otra vez lo mismo, tu mente te traiciona dices unas palabras por
otras o te inhibes a tal grado que te quedas paralizada. Hablar en público
se me figura como una erupción de palabras brotando de la mente, en especial cuando
no se han tenido las suficientes experiencias. Pero que tiene que ver el hablar
en público con el niño de seis años en adelante, pues todo, porque el niño
invariablemente de la edad casi siempre se ve expuesto a hablar en público, por
supuesto que no hablo de auditorios o eventos masivos no, hablo de comunicarse
con personas extrañas a él lo cual sucede casi desde el día que dice sus
primeras palabras y queremos celebrarlo pidiendo al niño que hable para
que otros lo escuchen. Si no te habías percatado de ello te aseguro que es
real. Cuando el niño se ve expuesto a este tipo de experiencias a temprana edad, se siente
seguro pues mamá esta con él, aunque no siempre sucede. Pero imagina lo que
sucede con un niño de tres años en adelante que va a la escuela y que estará
expuesto a hablar en público sea con desconocidos para él, su salón de clases,
el resto de los grupos, etcétera obvio que le causara inseguridad, temor o
desconfianza si es que no está acostumbrado a vivir estas experiencias y lo delicado es que cuando son reincidentes dichas conductas llegan a desestabilizar al niño y por si no fuera suficiente
se le etiqueta como; niño con problemas de lenguaje, inhibición, inseguridad, timidez
pero no se han detenido a analizar que tal vez el niño no ha tenido las
suficientes experiencias como para hablar en un público escolar. Ahora mismo recuerdo esos días
de primaria cuando solía sentarme en la última fila del salón para que no me viera o preguntara la maestra, casi me hundía en
la banca para ser invisible, efecto del temor de hablar en público. Pero bien…
si esto me sucedió hace cincuenta años lamentablemente veo que sucede hoy en día con los pequeñitos. Lo
corroboro cuando miro hablar en público a niños que se ven expuesto a
ello, para algunos es un verdadero gusto, pero para otros es realmente
intimidante. Es tal la magnitud que muchas veces llega a suceder dentro de la
misma familia, solo observa quien de tus hijos casi no habla porque teme ser
callado por el mayor, el más extrovertido e incluso los padres llegan a
callarlo, quizá solo sea un suponer o tal vez sea real por ahora me estoy
centrando en darte alternativas para colaborar con tu hijo hablar fuera de
casa. Puedes contribuir con él o ella cuando recién empieza a decir sus primeras
palabras, no es necesario esperar a que tenga seis años o más, aunque te suene ilógico a esta edad él bebe ya
está listo para hablar en público, es decir hablar con extraños para él, aunque
no lo sean para ti como los tíos, las tías, el abuelo, la abuela, los amigos, etcétera.
Al año el niño ya se comunica sea con palabras, gestos o silabeos así que; genérale
acercamientos con personas que él no conozca para comunicarse. En la medida que
familiarices al niño a hablar con otros, te aseguro que le darás confianza
para hablar en público dentro o fuera de casa. Lo relevante es que el niño se
inicie a temprana edad a familiarizarse con las reglas de la comunicación desde
un saludo pasajero, hasta un responder cauteloso o ampliamente. Obvio que para
que el niño hable con extraños deberás ser altamente precavida respecto a
cuidar con quien lo hace. En especial
los grandecitos que lo hacen indistintamente por el internet. Todo acto que
propicies para que tu hijo hable con otros seguro y confiado será un excelente
recurso para que llegado el momento de
hablar en público el niño lo haga sin titubeos o temeroso y posea fluidez en
sus palabras al comunicarse sea en su escuela, con sus amigos o la familia. El
objetivo es enseñarle a expresarse correctamente mediante experiencias de la
vida cotidiana y jamás tomarlo desprevenido para que hable en público como
cuando llega una visita y se le pide; ¿saluda? o se le indica ¿dile cómo te
llamas? Tal conducta genera descontrol en los niños cuando no se le ha
familiarizado previamente y recuerda que no se trata de hablar
por hablar, se trata de que tu hijo tenga la capacidad de sentirse seguro al hablar
con una persona desconocida para él, pero conocida por ti sea de la escuela, la
familia o su círculo de vida cotidiana. Es como darle a tu hijo las herramientas
para que posea la suficiente madurez para saber discernir a quien hablar y a quien no.
Es como preparar a tu hijo para desenvolverse en la vida sin caer en los
peligros, extremos o las inhibiciones.
Generar experiencias de este tipo a partir de que el niño habla es familiarizarlo
con el arte de hablar y recomiendo acentuar la practica a partir de los tres
años para que alrededor de los seis años sea una práctica cotidiana ya que a
esta edad tu hijo se verá expuesto a hablar en público casi todo el tiempo, en
especial si va a escuela. Si generas experiencias de este tipo al niño sabrá
valerse y cuidarse por si mismo cuando de hablar en público se trate, su mente
estará exenta de temores y nadie lo tomara desprevenido.
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