Prevé que tu hijo o hija salga de casa arropado de valía. Aquella valía que afianzara sus actos para comportarse
adecuadamente en familia, su vida escolar o con sus amigos. Enséñale de manera
afable, lúdica y real los valores que imperan en la cotidianeidad como el
colaborar con otros.
El valor de
cooperar muchas veces no requiere ser enseñado se transpira como la vida misma. Como el mostrarle al niño a cooperar con mamá o papá a poner la mesa para comer. Mostrarle como das de comer a su mascota para que él la alimente. Enseñarle como
doblas sus ropas para que cuando crezca no dependa de ti y sepa hacerlo por el mismo. Todo acto que conlleve ayuda o colaboración con otros llevara al niño a
conocer y vivir el sentido de la participación en bienestar suyo y de otros. Un valor
que se desarrolla a través experiencias directas y cotidianas. Cuando el niño
se encuentre fuera de casa, en otros ambientes su actitud por colaborar será
tan natural que quien lo mire elogiara
tan valiosa virtud, provocando en tu hijo sentimientos de satisfacción por
saberse dotado de valores
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