De los seis años
en adelante la confianza es un hecho. El niño sabe perfectamente cuando mamá o
papá mienten. Se guarda sus secretos o los comparte dependiendo de los niveles
de confianza que existan entre el niño y un adulto. A partir de ahora realmente
requerirás de altísimos niveles de sinceridad frente a un niño para que la
confianza sea una realidad entre ambos. Y no te desgastes en buscarla, mejor
centra tus sentidos en la interacción diaria con tu hijo o hija y encontraras la
verdad y la mentira de tus actos y los actos de tus hijos. Y por supuesto que
si impera la verdad, te aseguro que la confianza florecerá en tu hogar. Pero si
descubres que esta facturada la confianza en tu hogar, basta ir por ella mediante tus actos cotidianos. El
niño observara lo sincera que eres contigo misma (o) e invariablemente lo
contagiaras de ella… así es como vuelve a renacer.
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