Las matemáticas
resultan ser el pilar del conocimiento, demandan un alto grado de razonamiento,
pero no por ello deberán ser tediosas o aburridas, por el contrario enseñarlas mediante
el arte de la delicadeza y la energía cerebral, es enseñar a gozarlas.
Aun cuando el niño no se haya sumergido en ellas o incluso no haya contado con
un aprendizaje adecuado sin importar su edad, las matemáticas son parte de
nuestra cotidianeidad, pues todo lo que hacemos gira en torno a ellas.
Por mucho que pretendamos evadir las matemáticas o no las acerquemos al niño
desde su nacimiento, ellas ya están ahí y a medida que va creciendo la
cotidianeidad le demandara conocerlas más y más.
Llegue a la conclusión que en la
vida todo es matemáticas cuando me percate que las evadía, pero por
doquier me perseguían demandándome razonamientos, análisis, síntesis, cálculos
e incluso ahora que escribo están aquí midiendo, sincronizando,
calculando la sintonía de mis letras. Así que cuando tome conciencia de que todo
acto que generaba estaba impregnado de matemáticas realmente me interese por
ellas. Si uno es pintor las matemáticas estarán ahí saltando entre líneas,
puntos de unión, vértices y hasta cálculos para que los trazos sean perfectos.
Si uno es pedagogo la nitidez de las matemáticas harán falta pues la enseñanza
exige cantidad, flexibilidad y precisión para saber enseñar e incluso la propia
psicología toca la individualidad de las matemáticas pues cada número tiene su propia
esencia, su propio interés. Sí, todo numero posee su atractivo y es diferente
al resto de los números por ejemplo; el uno es interesante porque es el primero de
todos. Lo distingue el hecho de ser el más chico de todos los números
naturales. El numero dos es interesante por varias razones; es el primer número
par, es el primer número primo. El tres también es interesante porque es el
primer número impar que es primo. El numero cuatro es interesante porque es una
potencia de dos y de aquí en adelante los atractivos surgirán por doquier en
los números siempre y cuando quieras descubrir su interés.
Por ello me decidí trazar las siguientes lineas que a mi
consideración son vitales para iniciar al niño en las matemáticas.
Motivación para aprender matemáticas
Si quieres y
sientes que la energía polariza tus sentidos de pies a cabeza y viceversa,
entonces estas motivada para enseñar matemáticas. Pero si sientes que no estas
preparada, no sabes cómo hacerlo e incluso tu mente te dice que no eres maestra
para enseñar, entonces la motivación tintinea cual vela que está a punto de
apagarse, bastara un suave soplido de evasión para que se diluya el interés por
enseñar matemáticas a tu hijo.
Así veo la motivación, como el motor interno que
se enciende con cualquier chispa que dicta el cerebro y entonces dices; -sí…
claro que si puedo enseñar a mi hijo matemáticas-. Esa chispa que te
deja encendida será capaz de encender el interés en el niño por las matemáticas y lo salvaras del tedio o aburrimiento hacia ellas.
Como también te preguntaras; ¿por donde inicio? pues
bien el camino para iniciar a un pequeñito en las matemáticas es el siguiente:
La exploración
La exploración
en si bastara, sea al interior de casa o
fuera, la intención es propiciar la exploración para iniciar al pequeñito en el conteo. Quizá me
preguntes; ¿el conteo mediante la exploración? a lo cual responderé; -si, el
conteo- solo deja al niño explorar y el iniciara a mirar cantidades, mucho,
poco, nada, grande, pequeño, alto, bajo. Todo lo que va encontrando en su
camino le refiere el inicio de las matemáticas. Pero también puede suceder que
el niño tenga 5 años o más y aun no sepa contar. Sea cual sea el caso, el punto
de partida es la exploración. Cuando las matemáticas se inician alejadas de un
pizarrón o pupitre se aleja al niño del tedio y el cansancio hacia ellas.
El espacio
El espacio por
donde camina, se mueve, convive, interacciona y se desplaza tu hijo es quizá uno
de los recursos poco atendidos para iniciarlo en las matemáticas. Prestamos
poca atención para enseñar al bebe a desplazarse por su espacio, limitamos sus intenciones
de movilidad o nos tornamos temerosos al dejarlos desplazarse y si ya camina
acentuamos el rigor para no dejarlo moverse. Con ello no quiero decir que
se deba dejar al bebe a su libre albedrio pues conlleva riesgos efectivamente,
quiero decir que permitas a tu hijo o hija desplazarse bajo los cuidados
necesarios, te aseguro que si propicias la movilidad en ellos estarás
propiciando las matemáticas. Ahora no lo ves necesario pero cuando a tu hijo le
pidan girar a la izquierda o escribir con la mano derecha e incluso caminar derecho te percataras de lo valioso que fue estimular
a temprana edad la noción de espacio. El desplazamiento corporal es un
componente significativo para el aprendizaje de las matemáticas cuando de hacer
cálculos, simetría, volúmenes y hasta el propio numero por ello lo vital de
estimular a temprana edad la noción de espacio en el niño.
Experiencias directas para resolver problemas
La resolución de problemas es quizá la
plataforma ideal para llevar al niño a resolver problemas matemáticos. Cuando enseñas al niño a resolver problemas matemáticos
incluso a los dos añitos, lo inicias a reflexionar. Problemas tan simples como;
¿cuántos años tienes?, ¿cuantas galletas te comiste? ¿cuantos ojitos tienes?. Incentivar
al niño para que responda problemas matemáticos desde muy simples a muy complejos
dependiendo de la edad lo estarás llevando a familiarizarse con el razonamiento.
Con preguntas de la vida diaria, sea un niño de 2 o 6 años
lo familiarizas con el razonamiento. Las
matemáticas tienen su belleza y eso es lo que me fascina cuando encuentro una
razón para escribir sobre matemáticas; saber que poseen la calidez del
espíritu y la energía del cerebro.
Si el niño tiene
la fortuna de tropezar con una persona entusiasmada por las matemáticas, seguro
que lo contagiara.
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