Al año resulta para el niño una
delicia jugar, armonizar y pintar con brochas anchas. Basta elegir un solo
color para que el niño inicie a conocer la gama de colores, una brocha ancha y
una enorme caja, solo acércale los materiales para brindarle la experiencia de
pintar en grandes escalas. Pintar una
caja de cartón por fuera permite al niño
desplazarse por grandes espacios, sin que tenga que reprimir sus manitas, o
forzar sus dedos al evitar salirse de límites.
Esta libertad inicial que experimente el niño al pintar le brindara a futuro una
excelente habilidad psicomotora, además de familiarizarse con los colores. Al
terminar de pintar su caja puedes dejarlo que le dé el uso que desee y si
repites esta actividad pasado un tiempo con otro color, ampliaras su
aprendizaje tanto psicomotor y como cognitivo.
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