miércoles, 1 de abril de 2015

¡Pon atención!

Cuando dices a un niño -pon atención- lo dices porque deseas que el niño aprenda algo nuevo, siga una instrucción, se percate de lo que estás hablando o comprenda lo que tratas de enseñarle. Pero deseo compartirte que para comprender hace falta además de atender; percibir. Quizá un niño te atienda pero no sabrás si percibió lo que le enseñaste para llegar a comprenderlo. Pensamos que con atender el niño aprenderá, no nos detenemos a analizar que ademas de atender se precisa: percibir.
La percepción realiza la tarea de producir los ingredientes para el procesamiento de la información. Es la percepción la que organiza el mundo. Es la percepción la que nos proporciona las observaciones o proposiciones que luego manipulamos con la lógica. Si bien hemos elaborado excelentes sistemas de procesamiento mental, no ocurre lo mismo con la percepción, porque no hemos entendido que es, siempre hemos pensado que percibir es mirar, es como algo pasivo. Siempre nos hemos sentido incómodos con la fluidez y las posibilidades de la percepción y nos hemos refugiado en la verdad de la lógica, pensamos que con atender el niño va aprender. La percepción desempeña un papel fundamental en el pensamiento pues de lo que perciba será capaz de comprender nuevos sistemas de información.
Un niño australiano de cinco años de edad, llamado Johnny, es invitado por un grupo de amigos mayores a elegir una moneda de entre dos. Hay una moneda grande de 1 dólar, y otra más pequeña, de 2 dólares. Elige la más grande, la de 1 dólar. Sus amigos lo consideran estúpido, por no saber que la moneda más pequeña vale el doble. Cada vez que quieren tomarle el pelo a Johnny le ofrecen que elija entre las dos monedas, y el siempre toma la menor, como si fuera incapaz de aprender.
Cierto día un adulto que observa la transacción, toma aparte a Johnny, y le advierte que la moneda pequeña vale el doble, que la grande, aunque no lo parezca.
Johnny escucha atentamente y después dice: “Ya lo sé”, pero cuantas veces me habrían dejado elegir entre las dos monedas, si la primera vez hubiera elegido la de 2 dólares.
Fue la percepción de Johnny la que le permitió adoptar un punto de vista más amplio y considerar la posibilidad de repetir el juego.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por dejarme tus comentarios