Existen
diversas líneas de desarrollo del psiquismo infantil en diferentes periodos, periodos
cuyos sucesos relevantes integran los primeros organizadores mentales. Es decir observamos en un niño conductas
diversas de una fase a otra, las cuales son como catalizadores que conforman su
desarrollo mental y a continuación te describiré una a una.
El
primer organizador es la aparición de la sonrisa en respuesta a estímulos dados por la madre. Es
decir el bebe responde a una sonrisa con otra sonrisa.
La
angustia que surge al octavo mes indica la aparición del segundo organizador.
Hablo de un estado natural que abre una nueva etapa del desarrollo infantil
durante la cual, la personalidad y la conducta del niño experimentaran cambios
radicales. Durante los tres años surgen el tercer organizador con la aparición
del “No”, el no que se manifiesta a través de gestos o la palabra como tal.
Los
dos primeros organizadores pertenecen al campo de los impulsos naturales del
niño. El tercer impulso abre un campo importantísimo de desarrollo mental, al
campo de la comunicación, es decir la comunicación ahora viene a sustituir la
acción por medio del lenguaje.
Durante
la primera infancia, de cero a tres años al niño le suceden cosas buenas y
cosas malas, hablando en términos psíquicos, situaciones que supera ampliamente
una mente infantil, situaciones para las que no existe explicación alguna. Serán
los cuidados maternos quienes le brinden al niño la confianza necesaria para
enfrentar y superar aquellas situaciones que lo desestabilicen emocional o mentalmente,
surgen de manera natural debido a los factores externos que se van presentan
durante su desarrollo.
El
niño y la atención materna forman una unidad, ambos aspectos se entremezclan y
se separan a lo largo de una evolución normal y en cierta medida la salud
mental dependerá de que la madre se acerque y se separe del niño a medida que
este va creciendo. En un primer momento se encuentra en una fase de total dependencia, es decir carece de los
medios para valerse por sí mismo. Después
pasa a una fase de dependencia relativa, es decir el niño va descubriendo como
cuidarse a sí mismo de manera incipiente. Descubre cómo alimentarse, vestirse
por sí solo, lavarse las manos, etc. es la
cotidianeidad que le demanda cuidados, es entonces cuando el niño experimenta
el poder de desear hacerlo por el mismo, es una dependencia relativa, es un
estado mental que va conformando nuevas estructuras de la vida diaria.
Por
último pasa a la independencia, conoce los medios para prescindir del
adulto y en la medida que una madre intervenga poco en esta fase del niño,
lograra mayor seguridad y confianza en el niño, sumando a ello las innumerables
implicaciones mentales a las que se verá expuesto a medida que crece el niño.
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