Dedica un tiempo a descubrir lo que le
gusta a tu bebé y ten presente que cada niño es diferente. Algunos son
sensibles al tacto y reaccionan mejor al ser envueltos en una manta o al ser
mecidos. Otros necesitan que se les toque con suavidad. Otros, sin embargo,
reaccionan mejor si se les toca con firmeza. Observa de qué manera reacciona tu bebé a los diferentes tipos de contacto físico. ¿Qué es lo que parece
tranquilizarle? ¿Qué le hace sonreír? ¿Qué le molesta? Y no te preocupes si tu bebé no responde como esperas. Muy pronto descubrirás la clase de contacto
que tu bebé prefiere.
Los pequeños siempre están ávidos de
ser tocados suavemente y con frecuencia. El contacto físico contribuye a que tu
bebe se sienta seguro y tranquilo. Además, a ti te beneficiara,
ya que al expresarle tu amor de esta forma sentirás una cercanía especial.
Incluso podrás sentirte más tranquila y
saludable. El contacto físico agradable y gentil estimula las emociones y
forja el afecto entre padres e hijos.
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