Jugar a las escondidas a tan temprana edad es un acto totalmente
estimulante para tu pequeño. Solo se trata de sentar al niño al centro de la sala
o su recamara y realizar las siguientes acciones: escóndete detrás de él y
cuando no te vea, llámalo por su nombre para que voltee, escóndete detrás del
sillón y cuando no te vea, llámalo por su nombre para que te busque, escóndete
detrás de la cortina, de la cama, la silla, etc. Jugar a las escondidas estimula
en tu pequeño su capacidad de audición, control de su cuerpo, atención para
buscar el sonido de tu voz, etc.
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