Te invito a recostarte con el niño en el piso, en el pasto donde gustes, frente a frente e invítalo a hacer lo siguiente: platicar muy quedito,
casi tocándose los rostros, como susurrándose Sentarse y darse las espaldas para
platicar fuerte, muy fuerte. Finalmente sentarse uno al lado del otro para
platicar de manera normal. Un breve momento para explayar la confianza entre
ambos al charlar, jugar con las tonalidades de la voz (fuerte – suave) estimular la noción de espacio en el pequeño y sobre todo para dejar en el
pasado deliciosos momentos con tu hijo.
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