El perfeccionamiento
de las funciones intelectuales permite al chico ser cada vez más independiente
en sus ideas, teorías y juicios. Esto, no obstante, no rige para el círculo
social al que
voluntariamente
pueden vincularse. El adolescente se siente enormemente atado a su grupo y, más
aún, si cabe, a sus amigos.
Aunque
los jóvenes procuran ser más independientes y autónomos día tras día son
capaces de someterse voluntariamente a los dictados del grupo de compañeros o
amigos. La amistad en estos momentos es un valor en alza, los varones suelen
depositarla en una única persona y las chicas reparten entre tres o más amigas
intimas. Ahora mismo es un valioso aliado que ayuda a los jóvenes a dejar
definitivamente atrás los años de la infancia.
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