En
la historia del hombre nunca ha habido un científico adulto que muestre la
mitad de la curiosidad como la que tiene cualquier niño entre los cuatro meses
a los cuatro años de edad. Los adultos hemos mal interpretado esta enorme
curiosidad como una falta de habilidad para concentrarse.
Siempre
observamos con atención a nuestros hijos, pero no siempre comprendemos lo que
significan sus acciones. En primer lugar el adulto con frecuencia emplean dos
palabras muy diferentes como si fueran la misma: Aprendizaje, Educación.
El
aprendizaje generalmente se refiere al proceso que se lleva a cabo en la
persona que está conociendo. En cambio educación es con frecuencia el proceso
de aprendizaje guiado por el adulto siempre y cuando no obligue, forcé o
lesione la naturaleza de los sentidos del pequeñito.
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