Existe un momento para la fantasía, para los sueños, y es
bueno para los adolescentes tener fantasías y sueños en lugar de hacerlos
realistas. Si insistes en empujarlos a la realidad, significara que estás
destruyendo su juventud y por lo tanto estás haciendo adultos antes de que les
corresponda.
Los sueños y las fantasías son parte de su crecimiento; desaparecerán
espontáneamente. La misma vida los hará más realistas; antes de que se
incorporen a la vida, déjales disfrutar de sus sueños porque en la vida sólo
hay pesadillas. Se volverán muy realistas pero siempre recordarán esos días de
sueños v fantasías como los más bellos.
Esos sueños y esas fantasías no les pueden hacer daño. Forman
parte de la vida; por eso la juventud siempre ha fantaseado y soñado.
Déjalos soñar y fantasear, no te están haciendo daño. Pronto
estarán cargados de obligaciones, trabajos, niños, esposas. Antes de eso tienen
poco tiempo; déjales que empleen sus fantasías, no les hace ningún daño.
La experiencia de ese tiempo de ensueño les ayudará a
recordar que la vida puede ser diferente: no tiene por qué ser un sufrimiento.
No es necesariamente una desdicha.
Han vivido con belleza. Existe la posibilidad de tener una
transformación consciente en la cual puedes tener experiencias mucho más bellas
que en ningún sueño. Pero el sabor de los sueños es bueno; te mantendrá alerta
ante el hecho de que no todo lo que hay es sufrimiento. Existen más posibilidades.
La juventud es la época de los sueños y las esperanzas, y cuando
estás perdido en el así llamado mundo real, esos momentos te harán recordar:
«¿Realmente existe alguna forma de encontrar un estado de paz, serenidad,
silencio y alegría?»
Por eso, no creo que haya ninguna necesidad de cambiar nada.
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