Ahora voy a considerar un aspecto realmente importante en la
vida familiar: me refiero al afecto entre los miembros de la familia, como se expresa y las normas o
prejuicios que se desarrollan respecto a él. Frecuentemente los padres deducen
que cuando sus hijos han cumplido los cinco años o más no deben abrazarlos
porque puede ser un estimulo sexual. Y hablemos claro….no es que se hable
abiertamente, sucede de manera inconsciente y esto solo es resultado de los “tabús” o prejuicios que se gestan
respecto al sexo. En especial cuando las
familias tienden a ser rígidas o poco abiertas para abordar este tema con los hijos de una manera natural, de aceptación, abierta, de
gozo o de orgullo por la espiritualidad profunda que significa sexo.
Tenemos el caso de los padres que se rehúsan a demostrar un
cariño abierto a sus hijos varones, porque el cariño entre hombres se considera
homosexual o dicho en otras palabras se ve mal que los hombres se abracen,
mucho menos que se besen al saludarse.
Hace falta que se redefina nuevamente el concepto de afecto
y más profundamente de amor hacia los
hijos. No por manifestarlo abierta y naturalmente significa que estas
pervirtiéndolo, tonterías, simplemente estas contactando alma con alma, corazón
con corazón manifestándole sin ocultamiento, sin tabú alguno el profundo amor
que todo padre o madre tiene por un hijo.
El principal problema estriba en la confusión que mucha
gente experimenta entre el aspecto físico y el sexo, es decir cuando el niño ha
llegado a la adolescencia los contactos corporales prácticamente se esfuman,
muchos menos se habla del sexo. Y seamos honestos: si se quiere tener múltiples
complicaciones en casa solo basta disminuir el afecto y tener muchos “tabues” respecto al sexo…. bastaran
para desestabilizar cualquier armonía que se inicie a fincar en el hogar.
Me pregunto cuánto amor verdadero en la familia deja de
prodigarse porque las reglas sobre el se confunden imponiéndose los clásicos “tabúes” respecto al sexo. Una de tantas
reglas que he encontrado a lo largo del trabajo con adolescentes ha sido: “No disfrutaras en ninguna forma del sexo
–ni propio, ni ajeno” regla que inconscientemente se siembra por la familia
y lo miramos en infinidad de adolescentes que evaden preguntar a los padres
acerca del sexo y recurren a otros medios para satisfacer tal necesidad. Algunas veces
acertaran al obtener la información adecuada, pero puedo asegurarte que en un
porcentaje muy alto caerán en la desinformación o la manipulación por mentes
pervertidas…eso sí que es grave…..:(
Otro principio muy común estriba en la negación de los
genitales. Así es… si te fue negado durante tu infancia tocarte los genitales,
o mirarlos siquiera, o quizá nunca se hablaba de ellos, lo más seguro es que
replicaras tal tabú. Inconscientemente llevamos al niño o al joven a no hablar
de ellos, excepto para su aseo, consignándolos como intocables. Y quien dice
que son intocables, acaso no son tuyos, acaso no tienen valía alguna para su
exploración, para su sensación, para su aceptación. Así que pregunto: se deberán arrojar al olvido. Que complicaciones
tan graves se generan en los hijos.
Ahora entenderás sin excepción alguna porque muchas veces los
adultos nos cuestionamos porque no gozamos de una plena relación sexual, porque
me resulta difícil abordar el tema en la familia, y más grave aún; porque los
jóvenes preguntan a otros y no a quien se dice ser padre o madre. Sencillamente
porque no hemos tenido la sensibilidad de tender puentes de confianza para
abordar tal situación con los hijos. Así que no sigas cuestionándote la
existencia e inicia a generar tus primeros cambios internos. Sembrando el real amor
hacia tus hijos, tampoco se trata de abalanzarte a preguntarles que desean
saber del sexo, espera, solo espera, Una vez que tiendes el puente de amor, afecto
y confianza lo demás vendrá por si solo.
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