Si
alguna vez encuentras en tu hijo algo que no te gusta, mira en tu interior, ahi
encontrarás lo que no te agrada; y se refleja en el niño. El niño es sólo una
respuesta sensitiva. El niño está ahí sencillamente bebiendo de ti,
repitiendo, imitándote. Por eso, si encuentras algún defecto en el niño, en
lugar de corregirlo en él, corrígelo en ti mismo y te sorprenderás: el niño
dejará de hacerlo inmediatamente. El niño no sólo depende de la madre para el
alimento físico, depende de ella totalmente; también para el alimento
espiritual. Por eso, si te vuelves silencioso el niño te seguirá, aprenderá sin
saberlo; si tú te vuelves meditativo, él se volverá meditativo.
Siempre
que los padres se quejan de sus hijos, no se dan cuenta de lo que están
haciendo, porque la sensación que tengo es que si hay algún defecto en el niño,
ha debido de venir de los padres. Generalmente es así: el 99%de las veces viene
de los padres; cuanto más pequeño es el niño, mayor es el porcentaje. Cuando el
niño se hace mayor y empieza a relacionarse con la sociedad, por supuesto,
aprende también de otros' pero en la suma total, casi el 90% viene siempre de
los padres. Por eso, todo lo que quieras que el niño sea, se lo tú. Sé
silencioso, sé compasivo, sé amoroso, sé alegre y te sorprenderá que
simplemente por ser de esta manera, el niño empiece a empaparse de estas
cualidades. Esto será para él lo mejor que le pueda pasar, que pueda empaparse
de tu silencio, de tu amor, de tu fragancia, de tu alegría….saludos
Que gran verdad y que buena reflexión. Te felicito por el post. Cierto es que nosotros somos su espejo y que nuestras conductas y palabras, buenas o malas, se reflejarán en nuestros hijos. Tienen tanto que mostrarnos y tanto por enseñarnos ... Hay que pararse de vez en cuando y reflexionar sobre este tipo de cosas, qué y cómo les enseñamos y darnos cuenta de aquello que podemos mejorar.
ResponderEliminarFelicidades.
Sara Tarrés http://mimamapsicologainfantil.blogspot.com.es