Con demasiada frecuencia algunas normas
de la familia únicamente permiten expresar aquellos sentimientos que inconscientemente
se han etiquetado como justificados, como saludables, como benéficos
para decirse en familia.
Y lo expreso por las expresiones frecuentes que escucho; “no deberías sentirte de esa manera”, o, “como puedes sentir eso”,”-yo no podría”, “solo diré lo que quiere escuchar mi familia”, etc, etc. Con ello quiero decir que la familia solo escucha lo que las normas de casa permiten decir. Creando normas para etiquetar y ocultar los sentimientos que generan insatisfacción, remordimiento, desagrado, coraje o miedo...y desde mi punto de vista es limitar el crecimiento interior de los miembros en la familia. Son emociones que llegan a quedarse atrapadas, contenidas, estrujadas o hasta olvidadas supuestamente porque no se deben decir, para no incomodar a la familia. O incluso hasta se llega a pensar; “para vivir felices en casa”….tonterías…. y no lo digo para que te rebeles en tu familia, o, para romper las normas de casa, no. Lo digo porque los sentimientos desagradables en la familia también existen y cuando se tiene la suficiente valía como familia para expresar los sentimientos desagradables, estos salen a borbotones del alma. Así es como se desarrollan nuevas capacidades, nuevas formas de convivir, nuevos estilos de comunicarse generando; el saberse escuchar, el tener la capacidad de entenderse y empatizar con los sentimientos del otro o simplemente saber que en casa se puede sacar toda la basura emocional porque sus paredes son fuertes y sólidas impregnadas de amor y solidaridad.
Y lo expreso por las expresiones frecuentes que escucho; “no deberías sentirte de esa manera”, o, “como puedes sentir eso”,”-yo no podría”, “solo diré lo que quiere escuchar mi familia”, etc, etc. Con ello quiero decir que la familia solo escucha lo que las normas de casa permiten decir. Creando normas para etiquetar y ocultar los sentimientos que generan insatisfacción, remordimiento, desagrado, coraje o miedo...y desde mi punto de vista es limitar el crecimiento interior de los miembros en la familia. Son emociones que llegan a quedarse atrapadas, contenidas, estrujadas o hasta olvidadas supuestamente porque no se deben decir, para no incomodar a la familia. O incluso hasta se llega a pensar; “para vivir felices en casa”….tonterías…. y no lo digo para que te rebeles en tu familia, o, para romper las normas de casa, no. Lo digo porque los sentimientos desagradables en la familia también existen y cuando se tiene la suficiente valía como familia para expresar los sentimientos desagradables, estos salen a borbotones del alma. Así es como se desarrollan nuevas capacidades, nuevas formas de convivir, nuevos estilos de comunicarse generando; el saberse escuchar, el tener la capacidad de entenderse y empatizar con los sentimientos del otro o simplemente saber que en casa se puede sacar toda la basura emocional porque sus paredes son fuertes y sólidas impregnadas de amor y solidaridad.
Con ello quiero decirte que las normas para contener
sentimientos no son validas... pues inhabilitan el alma y el espíritu. Una norma
es válida para crear hábitos, para
desarrollar disciplina, para equilibrar las conductas externas de la familia, más
no para limitar los sentimientos en un Ser.
Si haces una distinción entre
actuar tus sentimientos y decir tus sentimientos, quizá te sea más fácil
prescindir de las reglas que limitan la salida a la realidad de tus emociones.
Cuando insertamos normas a los
sentimientos, resulta que los miembros de la familia solo deben hablar de lo
bueno, de lo correcto, de lo apropiado o relevante. Entonces la familia vive ocultando sucesos
desagradables porque las normas de casa no permiten que se expresen con
libertad los sentimientos de la vida diaria, porque no pueden decirse. Estas restricciones
son la causa de que algunos niños mientan, otros sientan odio, o simplemente se
aíslen de sus padres. Y lo peor de todo es que desarrollan conductas que
reflejan su autoestima, traduciéndose en inutilidad, hostilidad o
soledad. Por ello ratifico; las normas no
se aplican a los sentimientos.
Por otro lado si permites que
los sentimientos afloren... crecerán interiormente. Así que solo te expreso; desde el momento de nacer el ser
humano pasa por una continua experiencia y una extensa gama de sentimientos; miedo, dolor, desamparo, ira, alegría, celos, amor y no porque sean acertados
o desacertados, sino por el solo hecho de que existen...ellos no requieren de
normas o reglas, a ellos solo hay que permitirles existir.
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