Los cuerpos agiles, las
expresiones tranquilas, los integrantes se ven a la cara, no con miradas
esquivas, ni bajando la vista. Hablan con voz clara y sonora. Hay armonía y
fluidez en las relaciones. Los hijos aun siendo pequeñitos son espontáneos y
amables, la familia los concibe como personas y son tomados en cuenta.
El lugar donde viven está lleno
de luz y color. Definitivamente, es un hogar donde habitan personas, planeando
para formar seres humanos y no para cubrir las expectativas sociales de las
apariencias.
Una familia nutridora es el origen de hombres y mujeres felices...
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