viernes, 23 de marzo de 2012

simplemente se natural!


En las generaciones pasadas las madres solían pensar que estaban haciendo un gran sacrificio por sus hijos. Siempre estaban demos­trando que hacían esto y aquello, para demostrar a sus hijos que todo lo hacían por ellos y por amor. Eso fue perjudicial, porque el amor no tiene que ser una obligación y mucho menos mostrarlo como ejemplo. Amas porque te sientes feliz. Amas porque eres como un rocio que envuelve cada pétalo de tus hijos.  Y al fluirlo lo haces porque brota naturalmente.
La antigua generación siempre esperaba que el niño estuviese agradecido con la madre, y cuando se daban cuenta de que no lo estaba, se sentían muy frustrados.
Ahora estamos en el otro extremo, los niños llegan a tomar el control de los padres.
Sé natural, estos extremos no son buenos. En el pasado los hi­jos solían tener miedo de los padres, ahora los padres tienen mie­do de los hijos, ¡el miedo continúa! La rueda se ha movido, pero es el mismo miedo, y una relación entre padres e hijos sólo puede existir cuando no hay miedo. El amor sólo es posible cuando no hay miedo.
Y te diré: la relación entre el niño y los padres es tal que nunca podrá ser perfecta, es imposible. Siempre habrá algún problema. Solucionas un problema y surge otro, por la misma naturaleza de la relación.
Ama al niño, y deja todo lo demás a la existencia. Tú eres un ser humano con todas las imperfecciones y limitaciones de un ser hu­mano, y ¿qué le vas a hacer?
El niño te ha escogido para que seas su madre o su padre; no es sólo tu res­ponsabilidad. El niño también es responsable.
Sola la voluntad humana para actuar con sabiduría te llevara a equilibrar las relaciones entre padres e hijos.
¡Simplemente, sé natural y feliz! Baila con el niño, ama al niño, abraza al niño.
            

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