Al aire libre
y solo ambas. Jueguen a contactar con el cuerpo, es decir, cabeza con
cabeza, nariz con nariz, manos con manos, pies con pies, estomago con estomago,
corazón con corazón, etc. Acaso habrá algo más placentero que gozar los cálidos
contactos del niño con el adulto. No solo estimula su esquema corporal, lo
lleva a tomar noción de su ubicación espacial y la mayor congratulación es el
amor que mama esta desplegando.
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