La marcha ya es una cuestión formal….ahora
el niño se convierte en un verdadero intrépido, pues escala sin medir
consecuencias… para el no existen peligros en su andar.
Dado que aun no posee el control
total de su cuerpecito y su marcha aun es inestable le sugiero buscar un
espacio amplio y libre de obstáculos para permitirle al niño practicar la
incipiente carrera que muestra urgencia por manifestarse. Juegue a atraparlo, de
tal manera que lo incite a correr libremente por el espacio que previamente ha
seleccionado. El niño se desplazara imitando la carrera y a la vez gozara de la
momentánea libertad que experimentan sus piernitas y en especial la deliciosa sensación
de no dejarse atrapar. Tan solo es un instante de gozo que da al niño que en sus
primeros pasos y la vez contribuye a descargar energía, fortalece el caminar,
aumenta el equilibrio y en especial sus piernitas van adquiriendo mayor control.
gozar de la energía que emana por si sola el niño...nos incita a llenar los pulmones de vida.
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