“Ya no soy bebe”. Exclamación que escuchamos, pues la seriedad ha surgido en nuestro niño, sin
embargo cultivar su inocencia es un ingrediente único en la humanidad, y que
mejor que realizar un juego entre sabanas y los cálidos abrazos de mama o papa.
Jueguen sobre la cama
a enrollar al niño como si fuera un taquito, de tal manera que a la cuenta de
tres jale la sabana para desenrollarlo rápidamente, lentamente, o
alternadamente, Usted decide, cuidando en todo momento que no caiga el niño al suelo. Creara una sensación
de placer, el cuerpo gozara y la afectividad estará a flor de piel.
Un día esplendoroso que lleva en el aire tintes de amor y amistad…felicidades!
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