En la infancia, los niños con
tendencia al aislamiento pueden negarse a asistir a la escuela y, si se les
fuerza, llegan incluso a negarse a participar en las actividades escolares en
grupo. Los maestros suelen fijarse a menudo en los niños ruidosos y rebeldes,
puesto que son los que alteran el orden de la clase, pero apenas se fijan en
los niños aislados o, lo que es peor, los consideran niños de buena conducta
reforzando precisamente su aislamiento, cuando son estos los que presentan problemas
serios de personalidad. El maestro puede tardar mucho tiempo en descubrir que
estos niños pueden estar afectados profundamente por algún tipo de problema.
Los principales factores que pueden
inducir a que un niño se desarrolle en un contexto que genere aislamiento son:
Los padres tienen un comportamiento
aislado y se muestras inseguros y tímidos lo cual influye de manera directa en
los niños y hace que adopte el mismo comportamiento de los padres.
Si el niño ha desarrollado conducta
de aislamiento como resultado de la falta de compañeros con quien jugar y de
los contactos sociales graduales y adecuados que le ayudarían a integrarse en
el ambiente social normal los padres deben favorecer y conseguir que su hijo
interactúe con otros niños.
Si el niño ha desarrollado
conductas de aislamiento por imitación de las conductas de sus padres, el
tratamiento exige que se realicen sesiones conjuntas entre padres e hijos para
que todos aumenten sus relaciones sociales.
Deberá cuidarse de no obligar al
niño a participar en un contexto social difícil sin antes haber logrado una
completa adaptación, de no ser así el niño podría llegar a agudizar el
aislamiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por dejarme tus comentarios