lunes, 21 de mayo de 2012

las normas que restringen los sentimientos...


Con demasiada frecuencia algunas normas de la familia únicamente permiten expresar aquellos sentimientos que inconscientemente se han etiquetado como justificados, como saludables, como benéficos para decirse en familia. 
Y lo expreso por las expresiones frecuentes que escucho; “no deberías sentirte de esa manera”, o, “como puedes sentir eso”,”-yo no podría”, “solo diré lo que quiere escuchar mi familia”, etc, etc. Con ello quiero decir que la familia solo escucha lo que las normas de casa permiten decir. Creando normas para etiquetar  y ocultar los sentimientos que generan insatisfacción, remordimiento, desagrado, coraje o miedo...y desde mi punto de vista es limitar el crecimiento interior de los miembros en la familia. Son emociones que llegan a quedarse atrapadas, contenidas, estrujadas o hasta olvidadas supuestamente porque no se deben decir, para no incomodar a la familia. O incluso hasta se llega a pensar; “para vivir felices en casa”….tonterías…. y no lo digo para que te rebeles en tu familia, o, para romper las normas de casa, no. Lo digo porque los sentimientos desagradables en la familia también existen y cuando se tiene la suficiente valía como familia para expresar los sentimientos desagradables, estos salen a borbotones del alma. Así es como se desarrollan nuevas capacidades, nuevas formas de convivir, nuevos estilos de comunicarse generando; el saberse escuchar, el tener la capacidad de entenderse y empatizar con los sentimientos del otro o simplemente saber que en casa se puede sacar toda la basura emocional porque sus paredes son fuertes y sólidas impregnadas de amor y solidaridad. 
Con ello quiero decirte que las normas para contener sentimientos no son validas... pues inhabilitan el alma y el espíritu. Una norma es  válida para crear hábitos, para desarrollar disciplina, para equilibrar las conductas externas de la familia, más no para limitar los sentimientos en un Ser.
Si haces una distinción entre actuar tus sentimientos y decir tus sentimientos, quizá te sea más fácil prescindir de las reglas que limitan la  salida a la realidad de tus emociones.
Cuando insertamos normas a los sentimientos, resulta que los miembros de la familia solo deben hablar de lo bueno, de lo correcto, de lo apropiado o relevante. Entonces la familia vive ocultando sucesos desagradables porque las normas de casa no permiten que se expresen con libertad los sentimientos de la vida diaria, porque no pueden decirse. Estas restricciones son la causa de que algunos niños mientan, otros sientan odio, o simplemente se aíslen de sus padres. Y lo peor de todo es que desarrollan conductas que reflejan su autoestima, traduciéndose en inutilidad, hostilidad o soledad. Por ello ratifico; las normas no se aplican a los sentimientos.
Por otro lado si permites  que los sentimientos afloren... crecerán interiormente. Así que solo  te expreso; desde el momento de nacer el ser humano pasa por una continua experiencia y una extensa gama de sentimientos; miedo, dolor, desamparo, ira, alegría, celos, amor y no porque sean acertados o desacertados, sino por el solo hecho de que existen...ellos no requieren de normas o reglas, a ellos solo hay que permitirles existir.

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