miércoles, 21 de febrero de 2018

Uno

Él bebe de un año goza de una importante posición social en el seno de la familia, frecuentemente ocupa el centro de la familia. Manifiesta una significativa tendencia a repetir las acciones que le son festejadas, él o ella se complacen tanto que a través de estas situaciones comienza obscuramente a sentir su propia identidad que habrá de convertirse  más tarde en el núcleo  de un creciente sentido de personalidad. Por ahora es capaz de miedo, cólera, afecto, celos ansiedad, y simpatía. Reacciona frente a la música, le gustan los sonidos sueltos repetidos rítmicamente, puede poseer un primitivo sentido del humor por lo que se ríe ante ruidos inesperados o incongruencias sorpresivas. Frecuentemente adopta una actitud sociable y si es necesario recurre a las vocalizaciones u otros medios para atraer la atención hacia sí.

Dieciocho

Dieciocho es disidente; no porque tenga propensión a rebelarse sino porque sus conceptos embrionarios son tan pobres y precarios que se aferra a sus bienes mentales con la misma fuerza con que se cuelga de su madre o aprieta un objeto en la mano, para él o ella los cambios repentinos son como precipicios y trata de evitarlos echándose al suelo, retorciéndose o corriendo para esconderse, gritando o luchando y lanzando golpes al aire su oposición más que agresiva es auto conservadora.

Dos

Dos ya usa la palabra “mío” manifestando un interés inconfundible por la propiedad de cosas y personas. Cuando juega con otros niños se vuelve principalmente sobre sí mismo (a), sus contactos con otros niños son casi exclusivamente físicos, por lo general se limita a juegos solitarios. Si se le reta hace pucheros y sonríe si se le alaba.

Tres

Con tres se puede tratar. Él o ella saben con una claridad que dos es un bebe. Habla mucho consigo mismo a veces a manera de práctica experimental del lenguaje, pero también habla como si se dirigiera a otro yo o a una persona imaginada. Sabiendo lo contagiosa que es la risa trata de hacer reír a los demás mediante su propia risa, capta las expresiones emocionales de los otros. Su yo personal y de otros yo personales aun resulta imperfecta y fragmentaria, mientras por un lado tiene para su madre referencias llenas de sonrisas y cariño, altamente sociables, por el otro es capaz de dirigir violentos ataques contra un objeto físico, un juguete, una silla como si fuera un salvaje animista. Sus estallidos emocionales por lo común son breves pero puede experimentar una ansiedad prolongada y es capaz de celos.

Cuatro

Cuatro representa una interesante combinación de independencia y sociabilidad. Su confianza en sí mismo (a) y en sus hábitos personales, su seguridad en sus afirmaciones contribuyen para hacerlos parecer más firmes e independientes que tres. Cuatro hierve de actividad motriz; corre, salta, brinca, trepa, bulle de actividad mental efecto del uso desenfadado de las palabras y de su imaginería y fantasía. El niño de cuatro es voluble porque la red de neuronas que sustenta su lenguaje florece fielmente por ello les cuesta tomar correctamente la forma de nuevas conjunciones, adverbios y adjetivos. Es una edad ocupada por completo por el crecimiento, el niño cuenta historias, exageradas, fanfarronea, amenaza, inventa, insulta impulsos que manifiestan su lucha por identificarse con su familia o medio que le rodea.

Cinco

Lo que más agrada al niño de cinco años es jugar con niños de su misma edad. Algunos prefieren de su mismo sexo, algunos del sexo opuesto y otros aceptan fácilmente a ambos. Puesto que son tan hogareños a cinco le encanta encontrar amigos en el vecindario. La mayor parte de los niños a esta edad juegan mejor al aire libre que dentro de sus propios patios o jardines, otros lejos de su casa o en un lugar neutral. Cinco se adapta mejor a un niño o niña mayor que él o ella, pero también establecen buenas relaciones con niños menores. Algunas parejas de niños parecen incompatibles para jugar en común pues parece que no tienen elementos comunes para compartir salvo pelear.