miércoles, 30 de septiembre de 2015

La felicidad

Un padre pregunta a un maestro…
Estoy muy preocupado con mi hija de seis años. Me dice que es feliz, pero siento que no lo es, siento que soy incapaz de hacerla feliz.

Estar demasiado preo­cupado por hacer felices a los hijos puede ser peligroso. La idea de hacer feliz a alguien nunca triunfa, va en contra de las leyes. Cuando quieres hacer feliz a alguien, la haces infeliz. Porque la felicidad no es algo que se le pueda dar a otra persona. Como mucho, puedes crear una situación en la que la felicidad podría florecer o podría no florecer; no se puede hacer nada más.
Estar demasiado preocupado por hacer felices a los hijos te hace sentir infeliz porque fracasas y si eres infeliz ellos serán infelices. Es muy fácil hacer infeliz a alguien. La infelicidad es muy contagiosa, es como una enfermedad. Si eres infeliz, todos los que están co­nectados contigo, relacionados contigo, en especial los niños, se sentirán muy infelices y los niños son muy sensitivos, muy frá­giles.
Probablemente no dirás que eres infeliz, pero eso no cambia nada los niños son muy intuitivos, todavía no han perdido su in­tuición. Todavía tienen algo más profundo que el intelecto sienten las cosas inmediatamente.
La intuición es absoluta, incondicional, simplemente dice lo que pasa. Los niños son intuitivos y se relacionan de un modo muy sutil y telepático, no se fijan en tu aspecto inmediatamente lo perciben.
Algunas veces sucede que la madre lo siente un poco más tar­de, y el niño lo ha sentido incluso antes que la madre. La madre podría sentirse infeliz, pero todavía no se ha dado cuenta. Aún está llegando a su conciencia desde su inconsciente, pero el niño lo percibe de inmediato, es como si tuvieran un pasaje directo para mirar tu infelicidad.
Hasta una determinada edad, los niños permanecen muy arrai­gados en ti y saben lo que te está pasando. Relájate un poco permite que los niños jueguen con otros niños, déjales jugar, y deja de hablar en términos de felicidad o infelicidad.
En vez de eso, sé feliz viéndote feliz, ellos se sentirá felices. La fe­licidad no es algo que tengamos que buscar directamente es un derivado. Los niños se quedan muy desconcertados cuando les pre­guntas: «¿Eres feliz?» De hecho, no saben cómo responder, ¡y yo siento que tienen razón! Cuando le preguntas a un niño «¿eres feliz?», sencillamente encoge los hombros..., porque ¿qué quieres decir?
El niño sólo es feliz cuando no es consciente de ello. Nadie pue­de ser feliz cuando es consciente de ello. La felicidad es algo muy sutil, que sólo sucede cuando estás totalmente inmerso en otra cosa.
El niño está jugando y es feliz porque, en esos momentos, no sabe nada de sí mismo: ¡ha desaparecido! La felicidad sólo existe cuando has desaparecido. Cuando regresas, la felicidad desaparece. Un bailarín es feliz cuando aparece la danza y él desaparece. Un cantante es feliz cuando la canción es tan apabullante que el can­tante desaparece. Un pintor es feliz cuando está pintando. Un niño es feliz cuando está jugando, quizá una tontería de juego, reco­giendo caracolas en la orilla del mar, sin sentido, pero está com­pletamente absorto.
¿Te has fijado en algún niño recogiendo caracolas o piedras? Fí­jate en lo absorto que está..., fíjate en lo profundamente inmerso, en lo totalmente perdido que está. Y esa es la cualidad del asombro y todos los niños son felices a me­nos que los padres los hagan infelices.
La felicidad no hay que buscarla directamente, haz cualquier cosa y la felicidad te seguirá como una sombra; es una consecuencia, no un resultado.
                                                                                                                        

                                                                                                    


Brota...

La felicidad es una consecuencia, no un resultado

Sutil

La felicidad es tan sutil que solo sucede cuando estas inmerso en otra cosa

Felicidad

Los niños poseen un pasaje directo para mirar tu infelicidad o tu felicidad

miércoles, 23 de septiembre de 2015

Un espejo para estimular al bebe

El pensamiento del niño a partir de que nace se inicia a estimular en la medida que le acercas medios. Y un medio excelente es un espejo. Sea un espejo pequeño, grande e incluso una plataforma reflejante es un excelente recurso para favorecer su pensamiento. Solo acerca al bebe al espejo y platícale quien se encuentra ahí. Di su nombre, señala su imagen en el espejo, su cabecita, ojos, nariz, boca, cuello, manos, etc. Es decir haz un recorrido del bebe señalando su imagen y nombrando cada parte de su cuerpo al vez que permites que se toque o señale en el espejo. Una actividad de coordinación oculo manual pues se mira, toca y descubre en un espejo.

Estimula la inteligencia del bebe

A partir del año el niño esta listo para identificarse y descubrirse. Y lo puedes realizar mediante un espejo, además de ser una alternativa para estimular su pensamiento. Solo coloca a la altura del niño un espejo y platícale quien se encuentra ahí. Una vez que el bebe se ha reconocido en el espejo permítele que se toque en el, después pídele que toque una a una de las partes de su cuerpo como su cabecita, sus ojos, frente, boca, etc. Es decir ayúdale a identificar su esquema corporal a través  del espejo. Una vez que se ha identificado  finaliza la actividad colgando sobre el espejo algún juguetito para que se proyecte sobre el espejo. Muévelo de un lado a otro e invita al niño a perseguir la imagen del juguete proyectada sobre el espejo, como intentando atraparla. Perseguir un juguete proyectado sobre un espejo e identificarse es un motivo para estimular en tu bebe coordinación motriz gruesa, fina y pensamiento.

Posturas para imitar

Entre dos y tres años simular infinidad de posturas corporales en un espejo es un excelente motivo para estimular lateralidad en el niño. Solo coloca frente a él o ella un gran espejo y pídele que se mire en el, se esconda, brinque, se agache, se ponga en un pie, en otro, levante la mano izquierda, derecha. Levante el pie derecho, izquierdo, proyecte solo su cara, una mano, la otra etc. Es decir toda actividad psicomotora que se te ocurra para que tu hijo realice frente a un espejo será un excelente motivo para estimular su coordinación motriz gruesa, además de estimular lateralidad requisito indispensable para las operaciones matemáticas