miércoles, 15 de abril de 2015

lunes, 13 de abril de 2015

La independencia cultiva la autoestima

Cultivar la autoestima de los 4 años en adelante realmente es significativo para toda la vida de un niño o niña. Pues ahora se inicia tomar verdadera conciencia de sus emociones y la mejor manera de contribuir con él o ella es fomentándolas, veamos cómo. Por ahora el preescolar o el niño de primaria ya tienen sus primeras responsabilidades, como las tarea o sus primeros cuidados personales, puedes retomar alguno de ellos para afianzar su autoestima. Por ejemplo, si son las tareas, cultiva la responsabilidad para hacerla en una hora determinada, un espacio y contribuyendo con él de vez en cuando. No fractures este tipo de hábitos para que tu hijo conozca el valor de la disciplina e independencia. Si el niño aprende a ser independiente en casa, en la escuela lo proyectara y se sentirá tan bien que sus amiguitos querrán ser como él pues su autoestima es segura y confiada. Jamás lo devalúes ante esta actividad un solo acto que lo minimice, minimiza su autoestima. Por otro lado si decides retomar alguna tarea de casa como su aseo personal, el cepillado de dientes, vestirse, ponerse los zapatos, lavarse las manos, etcétera, contribuirá de igual manera con su autoestima, pues toda tarea hogareña que  realice el niño en casa le brindara al niño confianza e independencia y cuando este en otros entornos solo no se quedara mirando o esperando a que lo ayuden, sabrá atenderse por sí mismo. Eso es cultivar la autoestima desde una plataforma de independencia. 

Cultiva la autoestima en niños de 2 a 4 años

Cultivar la autoestima en niños de 2 a 4 años te demandara altísima percepción, intuición y verdadera conciencia. Tres factores que bien se pueden convertir en una tarea afectiva de vida diaria entre tú y el niño de esta edad. Para ello te propongo que enseñes al niño a lidiar con su vida afectiva ahora que está tomando conciencia de su “yo” y para ello retomemos la terquedad, articulo que ya te he compartido en otro post. Cuando el niño te diga, no, ante cualquier situación de la vida diaria, permítele que evoque toda su terquedad o ira, pero sin dejarlo que te agreda, y lo más importante: toma verdadera conciencia de tu actitud, para no mezclarte en su escenario de ira. Se intuitiva al elegir las palabras que emplearas para calmarlo, sin engaños o violencia. Si es un "no", es un "no", exento de titubeos o amenazas. Deberá ser un no normal y seguro. Percibe con nitidez que le está molestando al niño y déjalo por el tiempo que consideres prudente experimentar su terquedad. Darle unos espacios para encontrarse con su “yo” a sabiendas que está solo en su terquedad, mirando a mama fuera de ella, lo hará reaccionar de inmediato. No caigas en el error de terquear con el niño o la niña pues afectara a ambos su vida afectiva. Cultiva tu actitud para realmente dejar semillas de autoestima en tu hija o hijo.

En los bebes también se cultiva la autoestima

Cultivar el autoestima desde que nace un bebe  es una cuestión de verdadera percepción, intuición y toma de conciencia. Tres factores que bien se pueden convertir en una labor afectiva de la vida diaria. Para ello te propongo lo siguiente:
Percíbete como eres con un pequeñito de 0 a 1 año. Corres para atenderlo al primer llanto. Si es así sustitúyelo por serenarte e intuir como es el llanto del niño. ¿Tiene hambre?, ¿esta mojado? o ¿quiere que lo cargues?. Genera tiempos cortos antes de atender al niño. Tiempos para sentirte como reaccionas y al mismo tiempo para que el bebe no te sienta llegar de inmediato. Deja lapsos cortos para atenderlo y cuando llegues a él no llegues abrumada o con ansiedad, llega con serenidad. Es mejor empapar a un peque de tranquilidad que dejarlo abrumado de tu ansiedad porque llora. Toda energía positiva que fluyas hacia el bebe cimentara su autoestima

miércoles, 8 de abril de 2015

Terquedad

A los tres años suele ocurrir el primer ataque de terquedad. Y suele llegar junto con la palabra “YO”. Jamás prohibamos la terquedad de los niños, pues solo están iniciándose a descubrir su propio “YO” y no cuenta con otra forma para descubrirse. Así que contrario a reprimirla alégrate porque tu hija o  hijo esta contactando con su Y0.  Y si intentas apartarlo de ella con engaños, lo estarás desviando de su sentido del YO. La terquedad es por ahora su único medio para auto descubrirse. El niño debe terquear porque con ello se convierte en persona. 

El YO en la desnudez

El YO en la desnudez. Un niño contó una vez, que cuando estaba solo en casa, se desnudaba completamente y se iba al sótano de su casa. Y cuando le preguntaron: ¿Porqué se desnudaba? El respondía; para sentirme a mí mismo.

La desnudez es lo contrario a la terquedad

Antes de los seis o siete años los niños ya han descubierto la desnudez. Previo a esta edad se inician con el placer de desnudarse las posaderas, pero ahora se trata de todo el cuerpo y lo más sorprendente es que muchos padres se sorprenden de que esto tenga algún papel determinante en el niño, pero  lo tiene, lamentablemente se evade a tal punto que contrario a mirarlo como algo natural, se percibe como una desviación sexual.
La desnudez es propiamente lo contrario de la terquedad. La terquedad es un autoencubrimiento que se produce con una presión interior angustiosa. La desnudez es para el niño un autodescubrimiento, un sentido de auto-libertad.
Los niños tercos tienen el sentimiento de incluir a los padres o adultos en su terquedad. En el fondo sienten a sus padres como exactamente lo mismo de tercos que ellos. Un niño llego de mal humor a mi consulta. Al preguntarle qué había ocurrido me contesto; me he peleado con ellos, me han regañado porque he tomado una golosina. El niño cree que la madre tiene la misma culpa, ¿porqué prohíbe? Es decir incluye a la madre en la terquedad. Por eso no debemos ser tercos contra la terquedad, ya que la terquedad debe separar al niño y no vincularlo.
Sucede lo contrario con el descubrimiento del sexo del niño. La conciencia del niño no puede ya incluir a sus padres. Por primera vez el niño esta entregado a sí mismo mediante un autodescubrimiento sexual lo cual es un proceso lento. La preferencia por jugar con los miembros sexuales la tienen los niños mucho antes, pero no saben que esos miembros son sexuales. La edad del autodescubrimiento sexual, es la edad de la escuela, entre los seis y siete años y algunas veces antes.