miércoles, 18 de marzo de 2015

El equilibrio se pierde si se camina a ciegas en la familia

Veamos como se inicia una familia. La pareja tiene una hija y obviamente ahora serán tres donde antes eran dos. Con demasiada frecuencia, llega el momento en que la paternidad o maternidad se hace tan pesada y exigente que la vida de pareja como tal muere. Cuando esto sucede, son los niños los que pagan un alto precio, muy alto. Hay tantas personas en este punto de la relación pues tantas cosas que esperaban no pudieron lograrse y la capacidad que se tenga para reconocerlo con toda franqueza puede significar el punto de partida para emprender nuevas acciones. 
Conocí a un hombre que se quejaba de que a donde fuera siempre andaba a oscuras, esto cambio el día que perdió el equilibrio, se cayo rompió sus lentes oscuros ¡y se hizo la luz! no se había percatado que siempre traía anteojos negros. Bueno quizá sea una exageración pero así  me doy a entender. Muchos de nosotros tenemos que perder el equilibrio para descubrir que hemos andado a ciegas en una relación de familia. 

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