En la primera infancia la inocencia es natural, llega contigo al nacer; sucede a todos. En la segunda infancia la inocencia es el triunfo más grande, no le sucede a todo el mundo. La segunda infancia llega a través de todo tipo de experiencias, es desarrollada, centrada, madura. Es una sensación para sentirse bendecido por tal experiencia. La segunda infancia es el significado existencial de la meditación y a partir de ahí es el gran peregrinaje de regreso a casa, a esa casa que nunca has dejado realmente, que es imposible abandonar, porque eres tú dondequiera que vayas, te encontrarás allí.
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