La
angustia de las adolescentes no está centralizada. Aunque siga siendo lo físico
su motivo principal es decir todo el cuerpo. El desarrollo del pecho, el tema
candente entre las jóvenes. La preocupación por el tamaño de los senos, que los
ha considerado siempre el símbolo privilegiado de feminidad, belleza y
excitación sexual. Otro temor sujeto a sólidos prejuicios, afortunadamente en
decadencia, es el himen: su presencia o ausencia, su configuración, el supuesto
dolor que provoca su desgarro y, cómo no,
pues el papel que sé le otorga atribuye la virginidad de la mujer.
Una preocupación más de la mujer es la
menstruación. Un importante paso que
confirma al ayer de la niña y el ahora en su condición de mujer lo cual suele
generar ciertas dosis de ansiedad
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