Te contare una anécdota:
-Mi medico se ha empeñado en que venga a verlo- le dijo un
paciente a su psiquiatra-
Sabe Dios porque? Estoy felizmente casado, tengo un trabajo
seguro, un montón de amigos, no tengo ninguna preocupación…
-Ya - replico el psiquiatra, mientras cogía un cuaderno de
notas…- Y cuanto tiempo lleva así.....
Nadie cree en la felicidad. Parece que el hombre no puede
ser feliz. Si hablas de tu depresión, de la tristeza, de la infelicidad, todo
el mundo se lo cree; parece algo natural. Si hablas de tu felicidad, nadie te
lo cree. Parece algo antinatural.
Parece muy pesimista, pero si nos fijamos en la humanidad; esa parece ser la situación,
parece que es así. Solo los seres humanos son infelices. Algo está mal en lo
más profundo.
Los seres humanos pueden ser felices, más felices que los
arboles, más felices que las estrellas. Porque los seres humanos poseemos algo
que no posee ningún ave, ningún árbol, ninguna estrella. Tenemos conciencia,
poseemos felicidad, poseemos dicha…
Tener conciencia nos muestra dos caminos. Llegar a la
felicidad o llegar a la infelicidad. Tu eliges. Los arboles son felices porque
no pueden ser infelices. Su felicidad no es cuestión de libertad. Tienen que
ser felices. Los pájaros que trinan en los arboles, no son felices por decisión
propia, sencillamente son felices, su felicidad es inconsciente, es natural.
Los humanos podemos ser tremendamente felices o tremendamente
infelices y poseemos la libertad de elegir. Esa libertad es peligrosa, esa
libertad es arriesgada, porque tú eres el único responsable de ser feliz …
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