domingo, 18 de abril de 2021

Carta de un hijo a todos los padres del mundo

No me des todo lo que te pido. A veces solo pido para ver hasta cuánto puedo      lograr de ti.
No me des siempre ordenes. Si en vez de ordenes a veces me pidieras las cosas yo lo haría mas rápido y con mas gusto.
No cambies de opinión tan a menudo sobre lo que debo hacer, decídete y mantén esta decisión.
Cumple las promesas, buenas o malas. Si me prometes un premio dámelo, si se trata de un castigo, aplícalo.
No me compares con nadie, especialmente con mi hermano o hermana. Si tu me haces lucir mejor que los demás, alguien va sufrir, y si me haces lucir peor que los demás, sufriré yo.
No me grites. Te respeto menos cuando lo haces y me enseñas a gritar a mi también y yo no lo quiero hacer.
Déjame valerme por mi mismo. Si tu haces todo por mi, yo nunca podre aprender.
No digas mentiras delante de mi, ni me pidas que las diga por ti, aunque sea para sacarte de un apuro. Me haces sentir mal y perder la fe en lo que me dices.
Cuando yo haga algo malo no me exijas que te diga el "por que" lo hice. A veces ni yo mismo lo sé.
Cuando estés equivocado en algo, admítelo y crecerá la buena impresión de ti. Así, también me enseñaras a admitir mis equivocaciones.
Trátame con la misma amabilidad y cordialidad con que tratas a tus amigos, pues el hecho de que seamos familiares no quiere decir que no podamos ser también amigos.
Cuando te cuente un problema mío, no me digas: "no tengo tiempo ahora, eso no tiene importancia". Trata de comprenderme y ayudarme.
Quiéreme y dímelo. A mi me gusta oírte decirlo, aunque tu no creas necesario decírmelo.

Aprendizajes Preescolares

 De 2 a 6 años




Aprendizaje en los bebes

Del nacimiento a los dos años






lunes, 12 de abril de 2021

Pataletas

A lo largo del ritmo de vida de niños y niñas siempre suelen surgir las pataletas. El punto es como se aborda, resuelve o enseña al niño a descubrir sus propios sentimientos.
Dentro de casa los niños son unos, fuera de casa son otros.
La preciada normalidad te llega a dar preciados momentos de aprendizaje emocional.
Basta un deseo no cumplido del niño (a) y toda calma, alegría y hasta gusto se esfuman en cuestión de instantes. 
Cuando la normalidad es irrumpida por una pataleta, te demandara poner en acción tus neuronas. Y para activar tus neuronas será necesario urgir el retorno de tu estabilidad emocional en aras de abordar inteligentemente la desestabilidad emocional del niño (a). Se trata de estabilizarte emocionalmente porque de caer en dar explicaciones y explicaciones al niño, encenderás mas la pataleta, el niño esta ocupado en satisfacer su deseo.
Los adultos detectamos los peligros en automático, los niños buscan satisfacer sus deseos automáticamente. Las advertencias, explicaciones, justificaciones u otra razón para alejarse del peligro no es relevante para ellos, están absortos en propios placeres y en lo mas mínimo ponen atención a tus razonamientos.
Si actuaras desde el segundo uno, retirando al niño del peligro, en lugar de dar tantas explicaciones, el peligro se desvanece. Quizá provoques una pataleta, quizás no, lo valioso es actuar lógicamente ante situaciones desavenientes en lugar de perder tiempo dando explicaciones o estableciendo juicios.
La tranquilidad de verlos jugar no siempre es placentera, en cuestión de instantes irrumpe la inestabilidad emocional, por cualquier trivialidad. Tremenda oportunidad para mostrar al niño a reconocerse, sentirse y vivir una frustración.
Cuando deseas salvarlos de toda frustración, no funciona porque al final de cuentas la frustración es de ellos, las pataletas son de ellos.
Agobiarte, preocuparte e intentar que el niño deje de hacer pataletas "a fuerza" no funciona. Funciona iluminar tus neuronas, serenarte y permitir que el niño resuelva sus propias crisis. Cuesta mas serenarte y pensar diferente, que obligar al niño a calmarse, eso es fácil y rápido pero; al final de cuentas "lo que mas cuesta resulta ser lo mas valioso". 

Solo es cuestión de mirar distinto, sentir distinto, pensar distinto y descubrirás como abordar las pataletas de tu hijo - hija.
El ritmo de vida de niños y niñas es tan impredecible dentro o fuera de casa que a medida que van experimentando con sus emociones, van descubriendo como dejar pasar sus propias pataletas.
Ellos saben que; cuando atraviesan por una pataleta, siempre esta cerca de ellos alguien que los comprende. Cuando una pataleta concluye, la calma retorna. Mas vale recordar lo maravilloso que fue salir de una tormenta emocional, que pasarse la vida recordando al niño (a) lo mal que se portan, al final de cuentas ellos están descubriendo sus sentimientos. 
El cierre de un día, siempre es oportuno para decirte; -vaya resulto tan simple, solo fue cuestión de encender las neuronas y no hacer berrinche con él o ella-.





martes, 6 de abril de 2021

Del garabato a la Lecto-escritura

Muchos de nosotros nos preguntamos cuando es el mejor momento para iniciar el aprendizaje de la lectura y la escritura, sin duda este depende del interés de los padres para acercarlo a niños y niñas en aras de descubrir, aprender y comprender los signos gráficos, solo entonces la escritura sucede como objeto de conocimiento para lo cual es necesario desarrollar habilidades y destrezas previas a los signos o símbolos a temprana edad. A continuación comparto acciones para emprender en tu hijo, hija.
  • Emplear ambas manos en distintas situaciones les otorga habilidad y destreza óculo – manual.
  • Pulgar e índice adquieren destreza al abrir, cerrar, rasgar, garabatear, poner o quitar tapones, calcomanías, ensartar, punzar.
  • Los juegos dactilares al pintar, hacer sombras, tocar un instrumento o moldear prepara los deditos para reproducir signos gráficos.
  • Imitar gestos o sonidos con manos y dedos les otorga destrezas visuales y auditivas.
  • Imprimir huellas con ambas manos les brinda dominio de su cuerpo, apertura, percepción y control de sus movimientos.
  • Garabatear con distintos materiales como lápices, plumones, crayones, pintura, pinceles, pastas los prepara en el terreno del signo gráfico.
  • Seguir líneas de distinto tipo con el dedo índice, con un lápiz, crayón, brocha o pincel les brinda control de manos y dedos incrementando su percepción óculo - manual recurso básico para reproducir signos gráficos.
  • Colorear lo dota de habilidad respecto a espacio y dominio de manos y dedos.

El Diario de Campo

Observa, actúa y registra

El valor del Diario del Campo radica en aprender a leer, leyendo, en ordenar las vivencias, de lo que vive y siente un niño o la niña, al tiempo que puede ser expresado en forma oral, puede ser registrado y posteriormente leído por otras personas, va creando su primer libro de lectura al tiempo que encuentra la lectura como un juego diferente. Descubre que los libros son objetos para recrearse, imaginar, vivir, sentir, soñar y compartir y que lo escrito en el Diario del Campo es importante al ser gozoso, leerlo y compartirlo.  Esta forma de trabajo se basa en las ideas de que el descubrimiento de la lectura y escritura ocurre solo una vez y determinará la actitud que se tenga a futuro, de que para adquirir el gusto por la lectura es básico el recuerdo de experiencias agradables mediante este medio de comunicación. El libro, en la etapa preescolar, debe tener un contenido significativo para el niño, de ahí la importancia del Diario como su primer acercamiento descubrimiento de la lectura rememorando sus propias anécdotas y experiencias placenteras, ayudándole a descubrir que los libros son objetos para recrearse, imaginar, vivir, compartir, soñar y sentir. Con el Diario, como medio atractivo y eficiente de enseñanza, percibe al lenguaje como algo que se escribe, se lee y se puede interpretar en un ambiente de creatividad, libertad. Redescubre la magia de sus historias, al experimentar cómo su vida y experiencias se convierten en historias que pueden ser leídas y conservadas en las páginas de un libro. Al trabajar el Diario en conjunto con mama o papa, ellos aprenden a escuchar, a leer las vivencias de sus hijos, colaboran para registrar sus vivencias en el Diario. Los niños inician su carrera como lectores, siendo protagonistas, escritores y lectores de su propia historia en forma lúdica, con un contenido que le interesa pues expresa sus emociones, gustos, intereses y necesidades. Para elaborar el Diario del Campo solo requieres acercar al niño (a) una libreta pedirle, que represente, dibuje, garabatee o escriba en ella lo más relevante de su día a día, sea que narre sus experiencias en forma de cuento, historietas, mapas mentales, a manera de dictado, etc. lo valioso es propiciar un proyecto de vida que los inicie en el gusto por escribir y leer. Los resultados de esta iniciativa son muchos y la riqueza de la estrategia depende de la motivación que le contagies a tu hijo o hija para recrear su vida en un diario. Con esta actividad el niño, además de divertirse y sentirse seguro e importante de que lea o escriba en su Diario de Campo, va aprendiendo a registrar sus experiencias de vida, de la mano de sus padres, va construyendo conceptos de lo que es leer y escribir, aprende que lo que vive puede ser escrito en las páginas de una libreta. Cuando colaboras con ellos conoces más a tu hijo (a) conversan, se apoyan en el aprendizaje, se fusionan un ambiente de solidaridad y cohesión.

Escritores Activos = Lectores Activos

Si deseamos asiduos lectores, hemos de colaborar primero en la formación de grandes escritores. Rescatemos las producciones escritas, las de puño y letra, las que llevan impresas una gran carga de sentimiento, las que denotan parte de la personalidad del escritor. La escritura fluida, impecable, es un arte; por ende, la lectura es también un arte que va de la mano con el acto de escribir. El niño por naturaleza comparte sus producciones escritas, aun cuando estas sean “primitivas” ya sean plasmadas en un papel, en la pared, en el piso o en cualquier superficie que en ocasiones es impredecible; y con cualquier material como un lápiz, crayón, pintura digital o maquillaje de mama. Si tomados de su mano interpretamos ese mensaje y lo escuchamos como diría un artista, desde su muy particular punto de vista, aprenderemos a leer lo implícito en esa producción. Las letras llevan sentimientos, emociones que desgraciadamente poco a poco colaboramos para desaparecerlas, porque hemos perdido la capacidad de asombro ante el evento de la escritura. Tan es así, que actualmente los mejores trabajos, los impecables son los elaborados en computadora, que en lo particular a mí no se me “antojan” leer, son impersonales, fríos. Imaginemos el sonido del lápiz al escribir, deslizándose suavemente por el papel, observando como el grafito va trazando hermosos rasgos de escritura. Letras que se van entrelazando unas con otras las cuales solo vuelven a cobrar vida cuando son nuevamente leídas. Ahora, releemos lo escrito a fin de pulirlo, de hacer coherente cada oración, para rectificar lo que mi sentir no logro plasmar en la letra. Es mediante esa lectura que se logra depurar lo escrito. Cuando se trabaja “el arte de escribir” haciéndole sentir al niño que su escritura surge, se forma desde el fondo de su corazón del pequeño, se arropa con sus propias producciones, porque van surgiendo de muy dentro de él o ella. Y para cuando ya son escolares revaloran este fenómeno es entonces cuando realmente corrige, rectifica, reaprende su escritura. Cuando los niños intercambian sus escritos, se maravillan, leen los de sus compañeros, le da el énfasis que es requerido para su lectura. Nunca dejes de lado la letra cursiva, la que es única en su trazo, sin error al enlazarla, la que dice mucho de la personalidad de niños y niñas. La que se apetece para leer.
En un grupo de quinto grado atendí a un alumno débil visual, del cual todo mi grupo y yo aprendimos mucho. Nos compartió las revistas que se editan especialmente para los invidentes y nos asesoró en el Sistema Braille. Fue muy interesante observar a mis alumnos pasar sus dedos por aquellos pequeños orificios, algunos cerrando los ojos - ¡Se puede leer con las manos! - decían fascinados. Gracias a él revaloramos nuestra vista, la cual explotamos muy poco y muchas veces indebidamente. A raíz de esta experiencia implemente la elaboración de las letras móviles en letra script, no en cuadros sino bien delineadas en cartón corrugado muy grueso y los niños con los ojos cubiertos debían identificar cada letra que se le pedía y levantarla. Los primeros admirados eran ellos mismos y más al formar palabras, colocando perfectamente bien cada letra. Posteriormente en parejas, el de los ojos cubiertos, debía leer con sus dedos lo que su compañero escribió con las letras. En ocasiones algunos intencionalmente las colocaban al revés o de cabeza y aun así identificaba la letra y la colocaban correctamente. Vaya que era toda una aventura el acto de leer, querían practicar en todo momento. En ocasiones especiales mis alumnos elaboraban una tarjeta y escribían en letra cursiva todo su sentir hacia una persona, sabían que cada palabra, independientemente de su significado, en su trazo debía plasmar el sentimiento para que al ser leída impactara al lector logrando dar vida a cada palabra. Como culminación del ciclo escolar cada niño anotaba en un rectángulo de papel la misma palabra en letra cursiva, rectángulos iguales y escrituras diferentes “elefante”, sin su nombre. Los padres de familia debían identificar la producción de su hijo, la mayoría, sin embargo, sin mirar, apenados, conscientes de ser incapaces de reconocer la letra de su propio hijo dejaban su turno a otra persona. Unos cuantos, orgullosos encontraban la producción de su hijo; otros tantos erraban y debía de corregirlos; ya que yo discrimino absolutamente todas las producciones.
Escribir es exteriorizar, compartir mi sentir; leer es interiorizar, descubrir tu sentir.
Cuando escribir es un verdadero placer, la lectura también lo es.
Cuando escribamos pensemos ya, que será leído por muchas personas y que en esa producción va mucho de mí; cuando comprendemos esto, nos moverá a interesarnos también por los otros autores.
La lectura no es meramente un hábito, algo mecánico o hasta inconsciente, debe ser un placer, algo compartido; es un intercambio de escritos. La escritura la hemos convertido en algo impersonal, ajeno, por ende, es difícil interesarnos en su lectura; aun de las producciones propias. Al revalorar el acto de escribir, con la debida profundidad, lo transformaremos en el arte de la escritura y el placer de leerlo.