martes, 3 de marzo de 2020
viernes, 28 de febrero de 2020
El largo camino hacia las matemáticas
¿Sería posible que nosotros los adultos, por haber
usado tanto tiempo los símbolos para representar hechos (al menos en
matemáticas), hemos aprendido a percibir solo símbolos y no somos capaces de
percibir los hechos reales? Resulta claro que los niños pueden percibir los
hechos. Glenn Doman, Janet Doman.
El secreto más importante es en torno a los mismos
niños. Los adultos hemos creído que mientras más edad se tiene, más fácil se
aprende, y en algunas cosas esto es cierto. No obstante, ciertamente no es
verdad respecto al aprendizaje de los idiomas. Los idiomas están formados con
hechos llamados palabras, números o notas, dependiendo del idioma que se hable.
En el aprendizaje de hechos puros, los niños pueden aprender cualquier cosa que
podamos representarles de una manera objetiva y honesta. Mas aun mientras menos
edad tengan, más fácil les resulta.
Las palabras como todos saben son símbolos escritos
que representan cosas, acciones o pensamientos específicos y objetivos. Las
notas musicales son símbolos escritos que representan sonidos específicos y
objetivos y los números son símbolos escritos que representan un numero
especifico y objetivo de los objetos. En la lectura, la música y las
matemáticas, la mayoría de los adultos lo hace mejor que la mayoría de los niños,
pero para distinguir palabras individuales, notas o números todos los niños
aprenden con mayor rapidez y mucha más facilidad que los adultos, si se les da
la oportunidad, cuando son bastante pequeños. Es más fácil para un niño de
cinco años aprender hechos que para uno de seis, para uno de cuatro años que,
para uno de cinco, para uno de tres años que, para uno de cuatro, para uno de
dos años que, para uno de tres. Por supuesto si Usted estad dispuesto a tener
la paciencia necesaria para esperar hasta que el niño tenga dos años para
probarlo. Ahora es muy claro que mientras más pequeño se aprende hacer algo
mejor se hace. John Stuart Mill podía leer en griego a los tres años de edad.
Eugene Ormandy podía tocar el violín a los tres años de edad al igual que
Mozart. La mayoría de los grandes matemáticos, como Bertrán Russell, podían
resolver problemas matemáticos siendo niños muy pequeños.
En el aprendizaje de las matemáticas, los niños
pequeños tienen una asombrosa ventaja sobre los adultos. En matemáticas, la
ventaja que tienen los niños pequeños es impresionante. Los adultos reconocemos
los símbolos llamados cifras con gran facilidad del número 1 al número
1,000,000 y más allá sin esfuerzo. Sin embargo, no somos capaces de reconocer
el número real de objetos más allá de diez, con cierto grado de confianza. Los
niños pequeños pueden ver e identificar casi al instante el número real de los
objetos, tan bien como la cifra, si se les da la oportunidad de hacerlo lo
bastante temprano en la vida y antes de que les enseñes las cifras. Lo cual
proporciona a los niños pequeños una asombrosa ventaja sobre los adultos para
aprender y comprender lo que ocurre con la aritmética.
miércoles, 19 de febrero de 2020
Jugar para fomentar identidad
Conozcámonos
- Tomemos cada quien una pelota para jugar como queramos con ella.
- Rebotémosla y atrapémosla.
- Rebotemos la pelota y digamos nuestro nombre alternadamente.
- Lancemos la pelota hacia arriba y atrapémosla, cuando baje, si se nos cae reflexionemos como se siente, en silencio.
- Rebotemos la pelota sobre una pared y atrapémosla y si se nos cae reflexionemos como se siente, en silencio.
- Coloquémonos uno frente a otro para lanzarnos la pelota, de caerse la pelota, detengámonos y quedémonos en silencio para atender como nos sentimos.
- Rebotemos la pelota para compartir en voz alta lo que nos gusta, al tiempo que rebota la pelota, alternadamente.
- Rebotemos la pelota para compartir lo que no nos gusta en voz alta, al tiempo que rebota la pelota, alternadamente.
Cojines para relajarnos
- Busquemos nuestro cojín favorito y abracémoslo.
- Coloquemos nuestro cojín al nivel del pecho para platicar con el corazón; ¿quién soy? ¿que soy? ¿que siento? ¿que pienso?
- Coloquemos nuestro cojín al nivel del estómago para compartir; cómo se siente enojarse, frustrarse o quedarse callado cuando se quiere hablar acerca de algo desagradable.
- Abracemos nuestro cojín para acurrucarnos, quedarnos en silencio, sentir el aire que respiramos, recorrer nuestro cuerpo con la mente y enviarle poderosas vibraciones con el corazón.
Telas para conectarnos
- Escojamos una tela enorme para jugar a volar.
- Corramos por distintos lugares ondeando nuestra tela e imaginemos que volamos con ella.
- Ondeemos la tela hacia arriba y hacia abajo en silencio, caminando e imaginando que subimos y bajamos como la tela.
- Tomemos una tela por las puntas y jalémosla, al mismo tiempo, para sentir la fuerza que desprenden nuestros cuerpos.
- Hagámonos con la tela un sombrero, una falda, un vestido, una bufanda, lo que se nos ocurra disfracémonos con la tela.
- Coloquemos nuestra tela sobre el piso, recostémonos sobre ella y enrollémonos como taquito sintiendo el cuerpo enrollarse con la tela.
jueves, 13 de febrero de 2020
miércoles, 5 de febrero de 2020
Una madre dijo...
Antes yo no le hubiera pegado. Me abría sentado
con ella para hablarle y tratar de que entendiera; tratando a mi vez de comprenderla
todo lo posible. Yo trato de que ella me entienda. Yo trate de hacer eso y
nunca funciono. Por eso llegue a pegarle.
El conocimiento intimo que los padres tienen de las conductas
y respuestas de sus hijos determinan el tipo de reacción que tendrán hacia
ellos en aras de educarlos. La edad del niño (a) determina la decisión. Es difícil
razonar con un niño de un año o hacerlo con una niña de cuatro años e incluso con un adolescente la comprensión dependerá de su madurez emocional, carácter, personalidad y edad. Aprender a
ser madre o padre consiste en la habilidad tanto mental como emocional para saber relacionarse saludablemente con los hijos. Cuando los padres amplían el rango de alternativas sea
para dar indicaciones, enviar mensajes o disciplinar a los niños, apelando a la inteligencia emocional, se crea una integración fortalecedora lo cual depende en gran medida de la actitud y voluntad porque si no posees tales requisitos pues las excusas brotan por doquier. Cuando el
adulto propicia alternativas consientes para dar a los niños, no hablo de convencer,
hablo de enviar mensajes, instrucciones o asignar tareas de acuerdo a las
circunstancias que se viven en el hogar conscientemente se obtienen reacciones adecuada
del niño (a). Cuando se disciplina a los niños las medidas no punitivas
no son consideradas, los padres están más programados a sancionar que a
propiciar salidas eficientes. El padre puede no tener ni el tiempo ni la energía
necesaria para intentar procedimientos menos drásticos para controlar al niño
(a) pero el hecho de detenerse unos segundos para pensar o actuar diferente al tratar
a un niño (a) destraba toda situación por muy crítica que este viviendo. Se que
los padres tienen compromisos, necesitan cumplir un horario lo cual hace imposible
pensar o actuar diferente hacia sus hijos, pero justo en ello reside la voluntad
para tratarlos diferente porque de no aprovechar las crisis que se
viven con los hijos para generar el cambio la oportunidad para pensar y ser
diferente se va... dejando en el hogar estelas de ira.
En otro caso, una madre tenia que ir al dentista y el
coche que la iba a llevar estaba esperándola. Su hija de 4 años, la tenia que
llevar consigo, porque no había con quien dejarla.
No quería vestirse, no quería ir, lloraba y
pataleaba. Estaba llorando y pataleando y no quería ir, y yo estaba realmente
apurada, porque ya estábamos sobre la hora: no podía cancelar la cita con el
dentista, sabia que iba a llegar tarde y eso me perturbaba. Y entonces empecé a
gritarle y a pegar.
El hecho de que la niña no haya respondido positivamente
a las indicaciones de la madre intensifico la cólera en ella y aumento la
violencia en las subsiguientes respuestas. El fracaso de los esfuerzos
iniciales de los padres respecto al comportamiento de los niños que quieren controlar
o modificar, contribuyen avivar el maltrato. Los padres no solo están perturbados,
molestos, exasperados, irritados por el comportamiento mismo, sino que sus
sentimientos se intensifican por el hecho de que el niño ha frustrado sus
esfuerzos iniciales al dar una indicación y al no recibir la respuesta esperada,
prevista y deseada pues sencillamente pierden el control. Si el
comportamiento del niño que precipito la iniciación de sucesos
conflictivos desencadeno la inadecuación de la madre para detenerse abordar la situación desde otro espectro; vestirla rápidamente omitiendo mas instrucciones,
centrarse en sus movimientos para no perder la cabeza, sentir su respirar en cada
pataleta, ágil en sus movimientos en cada negación y sobre todo -no-mente- para serenarse
ante estruendosa crisis. El fracaso de los primeros esfuerzos de intervención
es una confirmación del fracaso de los padres. La próxima vez que maltrates a
un niño (a) no pienses que con ello los corriges, mejor
se realista contigo y acepta que fracasaste porque te valiste del maltrato, no
fuiste capaz de emplear otros recursos. Reconocer tu fracaso no te minimiza por
el contrario te impulsa a armarte de voluntad para actuar diferente con ellos.
martes, 4 de febrero de 2020
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