viernes, 28 de febrero de 2020

El largo camino hacia las matemáticas


¿Sería posible que nosotros los adultos, por haber usado tanto tiempo los símbolos para representar hechos (al menos en matemáticas), hemos aprendido a percibir solo símbolos y no somos capaces de percibir los hechos reales? Resulta claro que los niños pueden percibir los hechos. Glenn Doman, Janet Doman.
El secreto más importante es en torno a los mismos niños. Los adultos hemos creído que mientras más edad se tiene, más fácil se aprende, y en algunas cosas esto es cierto. No obstante, ciertamente no es verdad respecto al aprendizaje de los idiomas. Los idiomas están formados con hechos llamados palabras, números o notas, dependiendo del idioma que se hable. En el aprendizaje de hechos puros, los niños pueden aprender cualquier cosa que podamos representarles de una manera objetiva y honesta. Mas aun mientras menos edad tengan, más fácil les resulta.
Las palabras como todos saben son símbolos escritos que representan cosas, acciones o pensamientos específicos y objetivos. Las notas musicales son símbolos escritos que representan sonidos específicos y objetivos y los números son símbolos escritos que representan un numero especifico y objetivo de los objetos. En la lectura, la música y las matemáticas, la mayoría de los adultos lo hace mejor que la mayoría de los niños, pero para distinguir palabras individuales, notas o números todos los niños aprenden con mayor rapidez y mucha más facilidad que los adultos, si se les da la oportunidad, cuando son bastante pequeños. Es más fácil para un niño de cinco años aprender hechos que para uno de seis, para uno de cuatro años que, para uno de cinco, para uno de tres años que, para uno de cuatro, para uno de dos años que, para uno de tres. Por supuesto si Usted estad dispuesto a tener la paciencia necesaria para esperar hasta que el niño tenga dos años para probarlo. Ahora es muy claro que mientras más pequeño se aprende hacer algo mejor se hace. John Stuart Mill podía leer en griego a los tres años de edad. Eugene Ormandy podía tocar el violín a los tres años de edad al igual que Mozart. La mayoría de los grandes matemáticos, como Bertrán Russell, podían resolver problemas matemáticos siendo niños muy pequeños.
En el aprendizaje de las matemáticas, los niños pequeños tienen una asombrosa ventaja sobre los adultos. En matemáticas, la ventaja que tienen los niños pequeños es impresionante. Los adultos reconocemos los símbolos llamados cifras con gran facilidad del número 1 al número 1,000,000 y más allá sin esfuerzo. Sin embargo, no somos capaces de reconocer el número real de objetos más allá de diez, con cierto grado de confianza. Los niños pequeños pueden ver e identificar casi al instante el número real de los objetos, tan bien como la cifra, si se les da la oportunidad de hacerlo lo bastante temprano en la vida y antes de que les enseñes las cifras. Lo cual proporciona a los niños pequeños una asombrosa ventaja sobre los adultos para aprender y comprender lo que ocurre con la aritmética.

Pensamiento Matemático


Te dejo materiales para propiciar las matemáticas

miércoles, 19 de febrero de 2020

Jugar para fomentar identidad


Conozcámonos
  • Tomemos cada quien una pelota para jugar como queramos con ella.
  • Rebotémosla y atrapémosla.
  • Rebotemos la pelota y digamos nuestro nombre alternadamente.
  • Lancemos la pelota hacia arriba y atrapémosla, cuando baje, si se nos cae reflexionemos como se siente, en silencio.
  • Rebotemos la pelota sobre una pared y atrapémosla y si se nos cae reflexionemos como se siente, en silencio.
  • Coloquémonos uno frente a otro para lanzarnos la pelota, de caerse la pelota, detengámonos y quedémonos en silencio para atender como nos sentimos.
  • Rebotemos la pelota para compartir en voz alta lo que nos gusta, al tiempo que rebota la pelota, alternadamente.
  • Rebotemos la pelota para compartir lo que no nos gusta en voz alta, al tiempo que rebota la pelota, alternadamente.

Cojines para relajarnos
  • Busquemos nuestro cojín favorito y abracémoslo.
  • Coloquemos nuestro cojín al nivel del pecho para platicar con el corazón; ¿quién soy? ¿que soy? ¿que siento? ¿que pienso?
  • Coloquemos nuestro cojín al nivel del estómago para compartir; cómo se siente enojarse, frustrarse o quedarse callado cuando se quiere hablar acerca de algo desagradable.
  • Abracemos nuestro cojín para acurrucarnos, quedarnos en silencio, sentir el aire que respiramos, recorrer nuestro cuerpo con la mente y enviarle poderosas vibraciones con el corazón.

Telas para conectarnos
  • Escojamos una tela enorme para jugar a volar.
  • Corramos por distintos lugares ondeando nuestra tela e imaginemos que volamos con ella.
  • Ondeemos la tela hacia arriba y hacia abajo en silencio, caminando e imaginando que subimos y bajamos como la tela.
  • Tomemos una tela por las puntas y jalémosla, al mismo tiempo, para sentir la fuerza que desprenden nuestros cuerpos.
  • Hagámonos con la tela un sombrero, una falda, un vestido, una bufanda, lo que se nos ocurra disfracémonos con la tela.
  • Coloquemos nuestra tela sobre el piso, recostémonos sobre ella y enrollémonos como taquito sintiendo el cuerpo enrollarse con la tela.


miércoles, 5 de febrero de 2020

Una madre dijo...


Antes yo no le hubiera pegado. Me abría sentado con ella para hablarle y tratar de que entendiera; tratando a mi vez de comprenderla todo lo posible. Yo trato de que ella me entienda. Yo trate de hacer eso y nunca funciono. Por eso llegue a pegarle.
El conocimiento intimo que los padres tienen de las conductas y respuestas de sus hijos determinan el tipo de reacción que tendrán hacia ellos en aras de educarlos. La edad del niño (a) determina la decisión. Es difícil razonar con un niño de un año o hacerlo con una niña de cuatro años e incluso con un adolescente la comprensión dependerá de su madurez emocional, carácter, personalidad y edad. Aprender a ser madre o padre consiste en la habilidad tanto mental como emocional para saber relacionarse saludablemente con los hijos. Cuando los padres amplían el rango de alternativas sea para dar indicaciones, enviar mensajes o disciplinar a los niños, apelando a la inteligencia emocional, se crea una integración fortalecedora lo cual depende en gran medida de la actitud y voluntad porque si no posees tales requisitos pues las excusas brotan por doquier. Cuando el adulto propicia alternativas consientes para dar a los niños, no hablo de convencer, hablo de enviar mensajes, instrucciones o asignar tareas de acuerdo a las circunstancias que se viven en el hogar conscientemente se obtienen reacciones adecuada del niño (a). Cuando se disciplina a los niños las medidas no punitivas no son consideradas, los padres están más programados a sancionar que a propiciar salidas eficientes. El padre puede no tener ni el tiempo ni la energía necesaria para intentar procedimientos menos drásticos para controlar al niño (a) pero el hecho de detenerse unos segundos para pensar o actuar diferente al tratar a un niño (a) destraba toda situación por muy crítica que este viviendo. Se que los padres tienen compromisos, necesitan cumplir un horario lo cual hace imposible pensar o actuar diferente hacia sus hijos, pero justo en ello reside la voluntad para tratarlos diferente porque de no aprovechar las crisis que se viven con los hijos para generar el cambio la oportunidad para pensar y ser diferente se va... dejando en el hogar estelas de ira.
En otro caso, una madre tenia que ir al dentista y el coche que la iba a llevar estaba esperándola. Su hija de 4 años, la tenia que llevar consigo, porque no había con quien dejarla.
No quería vestirse, no quería ir, lloraba y pataleaba. Estaba llorando y pataleando y no quería ir, y yo estaba realmente apurada, porque ya estábamos sobre la hora: no podía cancelar la cita con el dentista, sabia que iba a llegar tarde y eso me perturbaba. Y entonces empecé a gritarle y a pegar.
El hecho de que la niña no haya respondido positivamente a las indicaciones de la madre intensifico la cólera en ella y aumento la violencia en las subsiguientes respuestas. El fracaso de los esfuerzos iniciales de los padres respecto al comportamiento de los niños que quieren controlar o modificar, contribuyen avivar el maltrato. Los padres no solo están perturbados, molestos, exasperados, irritados por el comportamiento mismo, sino que sus sentimientos se intensifican por el hecho de que el niño ha frustrado sus esfuerzos iniciales al dar una indicación y al no recibir la respuesta esperada, prevista y deseada pues sencillamente pierden el control. Si el comportamiento del niño que precipito la iniciación de sucesos conflictivos desencadeno la inadecuación de la madre para detenerse abordar la situación desde otro espectro; vestirla rápidamente omitiendo mas instrucciones, centrarse en sus movimientos para no perder la cabeza, sentir su respirar en cada pataleta, ágil en sus movimientos en  cada negación y sobre todo -no-mente- para serenarse ante estruendosa crisis. El fracaso de los primeros esfuerzos de intervención es una confirmación del fracaso de los padres. La próxima vez que maltrates a un niño (a) no pienses que con ello los corriges, mejor se realista contigo y acepta que fracasaste porque te valiste del maltrato, no fuiste capaz de emplear otros recursos. Reconocer tu fracaso no te minimiza por el contrario te impulsa a armarte de voluntad para actuar diferente con ellos.

miércoles, 29 de enero de 2020

Lectura y Escritura


La lectura y escritura, aunque parecen formas diferentes de la actividad lingüística, no son sino manifestaciones sucesivas de un proceso común. Que llegue a encontrarse personas que solamente lean y no escriban, es el testimonio real de que en tales personas ese proceso no se completó. Un complicado mecanismo perceptivo, racional y motriz integra este proceso que puede ser motivo de un análisis psicofisiológico. Veamos; en la lectura, primeramente, una percepción visual, condicionada a la captación misma de los símbolos, lleva estas impresiones al cerebro para ser elaboradas como palabras o como elementos lingüísticos. Aquí intervienen procesos fisiológicos de impresión, de transmisión y de fijación. Enseguida, la mente interpreta esas percepciones relacionándolas con su significado, para lo cual, traduce en ideas las imágenes simbólicas captadas por los centros nerviosos superiores. Cuando se trata de una comprensión de lo leído o de una traducción de ideas expresadas en otra lengua, la racionalización de las percepciones es decisiva en el trabajo lingüístico. Después la mente identifica las percepciones visuales y los significados racionales, con modalidades sonoras, que antes de ser emitidas, son materia de la conciencia, y nace aquí el impulso para su producción, mismo que se transmite al centro capacitado para producir y articular los sonidos. En este momento, la comprensión esta lograda, pero no puede aislarse del proceso general. Por último, un esfuerzo de la conciencia aísla lo que se conoce como lectura oral y como lectura en silencio. Respecto de la primera, se hace funcionar el centro motriz del lenguaje y se traducen en palabras las imágenes hechas ideas. Pero en cuanto a la segunda, se hace reprimir la actividad del centro motriz, impidiendo que se produzca la voz, al mismo tiempo que esta se vuelve una especie de monologo silencioso que ayuda a la comprensión de lo leído. En la escritura se parte de la concepción racional de las ideas que van a expresarse gráficamente y de ahí se deriva una doble actividad; la identificación de cada uno de los elementos que han de formar las palabras escritas, la asociación de todos ellos con su respectivo sonido. Por eso es que cuando se escribe, parece que como si nosotros mismos diéramos forma gráfica a nuestro propio dictado. Se pasa luego a la imagen racional de cada símbolo, al centro motor que controla la actividad de la mano que escribe a semejanza de un modelo para reproducir. En forma similar a la percepción visual de los elementos, la disposición para reproducirlos ocupa un lugar en el proceso de exteriorización de imágenes lingüísticas. Acto continuo, el centro motor de la mano va dictando cada uno de los movimientos que darán como resultado el trazo de la letra, y la sucesión de estas, la palabra. El escribir las letras de una palabra, separadas entre sí, es deficiencia de la imagen visual que se integra con la forma gráfica expresiva de la noción por exteriorizar. Concluye el proceso con una triple coordinación: motriz, en la producción escrita de las letras; verbal, en el control de inhibición del impulso por reproducir los sonidos correspondientes a las letras que se escriben; y visual tanto para controlar lo que se va escribiendo, como para reiniciar el proceso de la intelectualización. Ciertamente, cuando se escribe se va leyendo lo escrito; por eso es que no podemos considerar asilados ambos procesos, pues además de la razón, los unifica el mecanismo de su producción y de su control.