viernes, 29 de noviembre de 2019
miércoles, 27 de noviembre de 2019
viernes, 22 de noviembre de 2019
miércoles, 20 de noviembre de 2019
Inseguridad
La inseguridad es aquella forma de
miedo caracterizada por una situación indefinida de sentimientos de angustia,
ansiedad y aprensión.
La inseguridad es un sentimiento
general hacia todo lo que provoca miedo al niño.
El niño inseguro adolece de falta de confianza en sí mismo (a) se siente inadaptado o no querido y como resultado es mucho más vulnerable a cualquier conflicto de tipo emocional. También es inquieto, habitualmente susceptible, aprensivo e inclinado a la duda en el momento de decidir. La inseguridad impide dar una respuesta adecuada a un problema o a una situación, se refiere a la incapacidad para actuar mientras que en la ansiedad se tienen más en cuenta las respuestas de miedo.
Las causas de la inseguridad surgen
como efecto del rechazo por parte de los
padres, el niño no recibe la atención y el cariño que espera de su madre o padre
y puede interpretarlo como una forma de rechazo. Lo mismo puede suceder cuando
los padres trabajan durante todo el día y dedican poco tiempo a los niños.
Padres
dominantes. Otros niños sienten inseguridad por la forma en que sus padres
los controlan. Algunos padres regulan detalladamente cada uno de los aspectos
del desarrollo del niño y no le permiten la más mínima decisión personal
respecto a sus propios deseos o expectativas.
Padres
perfeccionistas y supercríticos. El padre o la madre inseguro (a) se ve impulsado
con frecuencia a considerar a sus hijos como si debieran estar en la cumbre de
la perfección aun cuando los niños se encuentren en la infancia más temprana.
Situaciones
de inestabilidad en el hogar. Otros casos de inseguridad se desarrollan a
partir de unos padres inmaduros; padres que van de trabajo en trabajo, de
ciudad en ciudad y no consiguen dar un medio estable y seguro a su hogar,
normalmente inducen en sus hijos sentimientos de inseguridad, el niño requiere
de estabilidad y confiabilidad respecto al medio donde se desarrolla.
Disciplina
cruel y dura. En algunas ocasiones, los padres pueden infringir a sus hijos
castigos físicos lo suficientemente serios como para que los niños se sientan
duramente tratados tanto mental como físicamente.
Padres
demasiado indulgentes y sobreprotectores. Algunos padres, y quizá de modo
especial las madres, provocan en el desarrollo del niño (a) un contexto
excesivamente blando. Un niño se desarrolla de forma saludable y adaptada
cuando de forma gradual aprende a enfrentarse y a comportarse en situaciones
propias de los adultos, si los padres impiden o frenan su integración en el
mundo de los adultos cuando los niños se encuentren en una situación nueva se sentirán
inseguros e incluso temerosos.
Comparación desfavorable con los hermanos. La
comparación de unos niños con otros es causa frecuente de sentimientos de inseguridad.
Algunos padres intentan motivar al niño para que mejore su comportamiento,
rendimiento o aprendizaje a través de comparaciones con sus hermanos, valorando
las cualidades de estos y desvalorizando a él o ella.
Inconsistencias
de los padres. Un niño es más feliz
cuando sabe lo que se espera de él o ella, algunos padres sin embargo son inconsistentes
en el trato a sus hijos, es decir un día son permisivos y otro día son severos.
Padres
miedosos e inseguros. Cuando los mismos padres son temerosos e inseguros,
es natural que engendren modelos semejantes. En gran parte la inseguridad
presente en jóvenes o adultos se debe a que en la infancia aprendieron dichos
sentimientos de sus padres.
Ausencia
de los padres. Algunos niños se han educado sin uno o ambos padres aunque
sin duda pueden lograr mantener una adaptación normal. Cuando un niño (a) permanece
con uno de los padres puede ocurrir que se sienta apartado o por el contrario
mimado y sobreprotegido puede incluso preguntarse qué le sucederá si el único padre
o madre que le queda muriera lo cual le produce inseguridad.
Lo primero que hay que hacer, una
vez determinado el origen de la inseguridad en el niño (a), es intentar
modificar el ambiente familiar del niño para que dichas causas no solo intervengan sino que puedan ser transformadas
en factores creadores de un ambiente acogedor y favorable. Todas las causas de
la inseguridad ya mencionadas necesitan una atención muy cuidadosa para
constatar o ver cuál de ellas es la más influyente y así poder darle el tratamiento adecuado. Cuando el niño va integrándose en un medio familiar y social
transformado poco a poco su inseguridad ira disminuyendo.
miércoles, 13 de noviembre de 2019
Modelos de Comunicación
Complaciente
El complaciente siempre habla a
manera de congraciarse tratando de complacer, de disculparse, nunca está en
desacuerdo en ninguna forma. Es alguien que habla como si no pudiera hacer nada
por si misma (o) siempre necesita tener la aprobación de otros. Más adelante,
cuando actúes este papel, aunque sea por cinco minutos, comenzaras a sentir náuseas
y deseos de vomitar. El o la complaciente piensan acerca de ellos como si no
valieran nada, sientes que eres afortunado (a) por el simple hecho de que te
permiten comer, participar, opinar y hasta hacer trabajos que competen a otros.
Le debes gratitud a todo el mundo y en verdad eres responsable de todos los
errores ajenos. Sabes que hasta podrías evitar que lloviera si te lo
propusieras. Naturalmente estarás de acuerdo con cualquier crítica que se te
haga. Por supuesto agradecerás que alguien te dirija la palabra, no importa lo
que diga o como te lo diga. Nunca pedirás nada para ti. Después de todo, ¿Quién eres tú para pedir?
Además, con tu comportamiento amable, todo llegara a su debido tiempo. Sé la
persona más melosa, más martirizada, más aduladora posible. Forma una imagen de
ti como si estuvieras de rodillas, un poco tambaleante, extendiendo la mano en
un gesto de súplica, imagínate con la cabeza muy levantada, hasta que te duela
el cuello, los ojos forzados con un incipiente dolor de cabeza. Cuando hables en esta posición, tu voz será
plañidera y aguda porque como mantienes tu cuerpo en una posición inclinada te
falta aire para lograr una voz plena y sonora. Dirás “si” a todo, no importa lo
que pienses o sientas. La actitud de aplacar incluye la posición del cuerpo que
corresponde a la reacción suplicante.
Acusador
El acusador siempre encuentra
fallas, es un dictador, el que manda. Se siente superior y parece decir: “Si no
fuera por ti, todo andaría bien”. La sensación interna es de tensión muscular y
orgánica. Entre tanto, la presión sanguínea aumenta. La voz es dura, tensa y
muchas veces aguda y fuerte. Para ser un buen acusador se necesita ser todo lo
gritón y tirano posible. ¡Rebaja a todo y a todos!
Como el que culpa, será muy útil
que pienses en ti mismo en actitud de señalar en forma acusadora y que empieces
tus frases con “Tu nunca haces esto” y así por el estilo. La persona que culpa
tiene mucho más interés en darse importancia que en enfrentarse a la realidad.
Aunque no lo sepas, cuando estas culpando, respiras en forma, forzada,
entrecortada o bien retienes completamente el aliento, porque los músculos de
la garganta están tensos. ¿Alguna vez has visto a un auténtico acusador con
ojos saltones, musculoso del cuello y de la nariz temblorosos, cara encendida y
la voz golpeada. Piensas que en realidad, tampoco vales gran cosa así, si
logras que alguien te obedezca, es cuando empiezas a sentir que te toman en
cuenta.
Superrazonable
Es exageradamente correcto y
razonable y no demuestra ningún sentimiento. Es calmado, frío e imperturbable.
Podría compararse con una verdadera computadora o un diccionario. Físicamente, se
siente seco, frecuentemente es frío y distante. La voz es monótona, seca y las
palabras tienden a ser abstractas. Cuando eres un (a) superrazonable, usas las
palabras más largas posibles aun cuando no estés seguro (a) de su significado,
al menos parecerás inteligente. De todos modos, después de hablar un rato nadie
te estará escuchando. Para ponerte en el estado de animo de este papel,
imagínate que tienes la espina dorsal rígida, desde la base del cuello hasta
las asentaderas y que además tienes un collar de hierro de diez pulgadas de
ancho en el cuello. Mantente lo más inmóvil posible, incluyendo la boca. Tendrás
que hacer un esfuerzo para no mover las manos, pero hazlo. Cuando estas
superrazonable, tu voz naturalmente será apagada, puesto que eres insensible de
la cabeza a los pies. Tu mente está concentrada en que debes permanecer sin
moverte y te dedicas a elegir las palabras adecuadas. Después de todo, esta
supuesto que nunca debes cometer un error lo triste de este papel es que parece
representar el ideal de mucha gente. “Di las palabras adecuadas; no demuestres
sentimientos, no reacciones”
El irrelevante dirá o hará cosas
que tengan poca relación con lo que digan o hagan los demás. Nunca da una
sensación interna. La sensación interior es de confusión. La voz es como un
sonsonete, frecuentemente está en desacuerdo con las palabras y puede subir y
bajar de tono sin ningún motivo porque no se dirige a nadie en particular.
Cuando hagas el papel de la persona que distrae, te sentaras como en un trompo
que gira sin rumbo fijo. Estarás siempre moviendo la boca, el cuerpo, los
brazos y las piernas. Asegúrate que tus palabras siempre sean irreverentes.
Ignora las preguntas de la gente y responde con otra pregunta que aluda a
cualquier tema diferente al que se este tratado. Quita hebritas imaginarias de
la ropa de alguien, desamarra los zapatos y así sucesivamente. Piensa en tu
cuerpo como moviéndose en diferentes direcciones al mismo tiempo. Junta tus
rodillas en forma exagerada esto hará que tu rasero sobresalga y así fácilmente
podrás encoger los hombros y hacer que tus manos y brazos vayan en direcciones
opuestas. Al principio este papel parecerá un descanso pero después de unos
minutos surgirá la soledad y el decaimiento. Si logras mantenerte en constante
movimiento, no lo notaras tanto.
Te he compartido 4 modelos de
comunicación de Virginia Salir modelos que ponía en acción con sus pacientes
cuando de dar terapia de familia se trataba y si deseas saber más acerca de ella
sugiero su libro titulado; Relaciones Humanas en el Núcleo Familiar, Virginia
Satir, Ed. Pax.Mex. Libro de donde he entresacado estos cuatro modelos que he
compartido.
viernes, 8 de noviembre de 2019
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