lunes, 15 de abril de 2019

Trastornos de lenguaje


Los problemas de lenguaje están presentes en una abrumadora mayoría de niños y niñas sea porque sufren retardo o no han alcanzado la madurez suficiente durante su desarrollo, una amplia gama de situaciones se presentan y van desde la ausencia total de repertorios verbales en los trastornos profundos hasta las dificultades de vocabulario y gramaticales pasando por la dislalia, la tartamudez, las dificultades de articulación, etc. lo cual llega afectar considerablemente a niños y niñas. Existen métodos de rehabilitación para estos casos cada uno de los cuales se deriva de una teoría de lenguaje dentro de ellas tenemos el “análisis conductual aplicado” teoría de la cual retomare sus principales factores para darte algunos ejemplos del cómo contribuir con el lenguaje de tu hijo (a) en casa. De acuerdo con los planteamientos teóricos del análisis conductual aplicado se considera que toda dificultad verbal se debe tratar y resolver abordándola directamente de acuerdo a sus causas e interferencias que obstruyen el lenguaje. Es decir antes de dar directrices a niños y niñas, con algún trastorno de lenguaje, para que hablen correctamente es requisito observar su lenguaje, es necesario observar sus actos verbales antes de corregirlos, es decir busca las causas, el origen, que lo propicia o inhibe situación que te llevará a detectar la variable que está obstruyendo el lenguaje de tu hijo (a). El lenguaje no es una entidad abstracta, es una forma de comportamiento y como tal debe analizarse porque no sabes si eres tú el (la) causante del trastorno del habla de tu pequeño o es un trastorno profundo por ello la importancia de la observación, del cómo habla el niño (a) y el cómo le hablas tú. No es una situación de si es o no es un niño (a) inteligente, es una situación de madurez, desarrollo y estímulos que les rodea por lo que sugiero tener presente los siguientes factores, que si bien resultan un tanto complejos, son variables que influyen en el desarrollo del habla de niños y niñas.
MANDOS: Toda respuesta verbal que te da tu hijo (a) está seguida por consecuencias o un reforzador. Es decir el niño responde a lo que le pides lo cual te permite detectar como es el habla del niño (a) durante una interacción cotidiana; es clara, rápida, forzada, no responde, sabes que le causas cuando le pides algo. Hecha tu indagación tendrás la respuesta para saber qué hacer.
ECOICAS: Son respuestas que tienen una topografía igual a la del estímulo, es decir  si el niño dice “papa” al oír al adulto decir “papa” se trata de una ecoica. La ecoica es una respuesta de imitación vocal y es la respuesta más simple pero necesaria para establecer cualquier otro repertorio verbal. Tú eres el factor ecoico de la fluidez, claridad, acento y ritmo del lenguaje de tu pequeño ellos imitan tu lenguaje por ello la importancia del cómo les hables, por ello la relevancia de emplear palabras sin distorsionar para no confundirlos durante el trayecto del aprendizaje verbal.
INTRAVERBALES: No existe correspondencia formal entre estímulos y respuestas, en muchos de los casos es el adulto quien responde en lugar del niño cuando a este (a) le hacen una pregunta, lo cual viene a denotar una falta de adaptación social por lo que el tratamiento pasa a ser de otra naturaleza mas no verbal. Queda claro que son niños tímidos, el problema del habla es a falta de contacto social por lo que habrá que abrir canales de comunicación con otros.
TEXTUAL: Son respuestas que se dan en una modalidad diferente, existe un estímulo que controla el lenguaje, se trata de valorar las respuestas de niños y niñas cuando están frente a un estímulo como una tarjeta, una imagen, un cuento, pictogramas, jeroglíficos, caracteres o letras recursos ampliamente empleados para propiciar respuestas en niños y niñas lo cual incide en el desarrollo de su lenguaje.
TACTOS; Los estímulos no verbales que controlan la conducta  verbal constituye la totalidad del mundo físico que rodea al niño. Las respuestas verbales que son  controladas por la presencia de objetos o acontecimientos del medio reciben el nombre de tactos. Es decir en la medida que niños y niñas estén rodeados de estímulos físicos para ser nombrados, narrados o descritos contribuyes con ellos para generalizar su entorno, amplias su capacidad de discriminación y observación y pone a prueba su lenguaje. Un solo intento por rodearlos de objetos que les invite a hablar, discernir o catalogar lo que miran a su alrededor  les abre cantidad de posibilidades para hablar.
Te he compartido cinco alternativas para incidir en el lenguaje de niños y niñas desde casa de ti depende el querer hacerlo para llevar sutilmente a niños y niñas por el camino del saber comunicarse contigo.

martes, 9 de abril de 2019

Fases del sueño


La media del sueño durante la primera semana del bebe es de diecinueve horas, que posteriormente disminuye y al cumplir el año oscilara alrededor de trece horas. El ritmo del sueño infantil es polifásico (siestas de veinte minutos cada cuatro horas) durante las primeras semanas se produce en cortas fases de una a dos horas repartidas casi por igual entre el día y la noche. Progresivamente van alargándose las fases del sueño hasta ser fases de mayor amplitud.  A partir de la segunda semana él bebe duerme dos o tres horas seguidas; a las cuatro semanas cinco o seis horas seguidas; a los seis meses de siete a ocho horas y al año diez horas. Conforme se va ampliando el tiempo del sueño se va desequilibrando la balanza entre día y noche, con una gran diferencia desde los primeros meses del sueño nocturno frente al diurno, la profundidad del sueño es variable. Durante los primeros meses el adormecimiento va muy unido a la sensación de hartura y el despertar a la sensación de hambre. Pero llega el momento en que no se produce el despertar por una necesidad poco a poco cambia por un despertar selector.

El sueño entre tres meses y un año


Entre los tres meses y un año el sueño es más profundo que durante el primer trimestre, el niño está más activo mientras está despierto; el dormirse después de comer es menos frecuente y a veces es más difícil por la noche; el despertar depende menos del  hambre y mientras permanece despierto su movilidad es constante, busca satisfacciones afectivas y explora constantemente el entorno que le rodea.