miércoles, 2 de mayo de 2018

Él bebe de cuatro semanas


A las cuatro semanas él bebe, cuando está despierto, yace sobre la espalda, por lo común con la cabeza vuelta hacia su lado preferido. Solo momentáneamente la coloca en su posición media.  Casi invariablemente coloca el brazo del lado hacia el cual ha girado la cabeza. El otro lado lo flexiona, dejando descansar  la mano sobre o cerca de la región céfalo – toraxica. Esta combinación de cabeza desviada, un brazo extendido y el otro flexionado, es lo que se llama actitud de reflejo tónico cervical (r.t.c) reflejo que domina la vigilia del bebe durante unas doce semanas. A veces él bebe de cuatro semanas prorrumpe en reacciones bruscas enderezando momentáneamente  la cabeza y extendiendo las cuatro extremidades. Otras veces agita el aire con movimientos de molinete. Esta actitud asimétrica de la región céfalo- toráxica es la base de la mayor parte de su conducta postural.

Él bebe de dieciséis semanas

El reflejo tónico cervical r. t.c. empieza a perder su preponderancia. La cabeza, más móvil, ocupa con más frecuencia el plano. Lo mismo brazos y manos, ya que sus movimientos se encuentran, en gran parte correlacionados con la posición de la cabeza y los ojos e incluso bajo su control. Los seis pares de músculos de sus ojos han progresado considerablemente en las últimas doce semanas, debido a una creciente red de conexiones neuronales. Los músculos, pequeños como son, empiezan a ser obedecidos, por los músculos de la postura y la prensión, aunque las piernas y los pies se encuentran en situación muy subsidiaria, ya existen anticipos de sus futuros deberes. Cuando se sostiene al niño en posición erguida, extiende las piernas reiteradamente soportando una fracción de su peso. La musculatura del trono de halla en vías de organización. Le complace sentarse apoyado en la almohada y levantar la cabeza que ya no necesita sostener. Le gusta mirar a su alrededor, digamos de paso que es una conducta del control de su cabeza lo cual tiene un doble significado; motriz y adaptativo.

Él bebe de veintiocho semanas


A las 28 semanas el niño se halla, cronológica y evolutivamente en una etapa intermedia en el camino hacia el completo dominio de la posición erguida. A las 56 semanas podrá pararse perfectamente sin ayuda; a las 28 semanas  se sienta sin ayuda, pudiendo mantener erguido el tronco, quizá hasta un minuto entero. Perfeccionando el equilibrio sedente, su iniciativa prensora ante los objetos se vuelve menos bilateral. Si tiene un cubo a la vista se inclina perfectamente sobre él y lo toma con la mano participando el pulgar en la operación. Luego lo pasa de una mano a otra una y otra vez. Esta alternación de una mano por vez señala una significativa conquista motriz sobre la bilateralidad de las 16 semanas. La acomodación ocular se halla más avanzada que la manual. Puede percibir una cuerda pero es incapaz de tirar de ella,  sigue una bolita con la vista pero cuando quiere asirla coloca la mano torpemente encima de ella y por lo general no consigue tomarla.

Él bebe de cuarenta semanas


Las cuarenta semanas marcan el comienzo del último cuarto del primer año. Los órganos más distantes del centro del organismo empiezan a ser incorporados al sistema nervioso en expansión; punta de la lengua, yemas de los dedos y dedos del pie. Durante el primer cuarto; la boca y los ojos, en el segundo cuarto; la cabeza, el cuello y los hombros, en el tercer cuarto; los brazos y las manos, en el último cuarto; las piernas, los dedos y los pies he ahí el orden general de avance de la maduración neuromotriz de un bebe de cuarenta semanas y el inicio de su autonomía funcional. Las piernas ya sostienen el peso total del cuerpo pero el equilibrio independiente no llegara hasta el finalizar el año. El equilibrio en la posición sedente, sin embargo, es perfectamente dominado.  Estando sentado el niño puede volverse de costado, inclinarse en ángulos variables para recobrar el equilibrio tan  pronto pasa de la posición sedente a la inclinada, como de la inclinada a la sedente. Hallándose inclinado, retrocede, se balancea o gatea. La prensión ostenta nuevos refinamientos; el pulgar e índice revelan una movilidad y extensión especializada para hurguetear, revolver y arrancar

El bebe de un año


El niño de un año gatea y por lo común con gran presteza. Puede hacerlo con manos y rodillas o en cuatro pies, a la manera plantígrada. Pero pese a su pericia en el gateo, no puede resistir el impulso de levantarse sobre sus pies y una vez que logra la posición plantígrada, está casi listo (a) para pararse por sus propios medios, Puede lograr pararse sin ayuda, pero ordinariamente no alcanza un equilibrio estable hasta cuatro semanas después. Por ahora se desplaza de costado, agarrándose de algún sostén; camina, si, pero con apoyo. Sus modos de prensión se acercan a la destreza del adulto. La prensión fina es hábil y precisa y casi posee la facultad de soltar las cosas voluntariamente. El componente flexor o de asir ahora esta compensado por el componente extensor del soltar este control inhibitorio le permite soltar una pelota con ademan de lanzamiento.