miércoles, 14 de diciembre de 2016

Inocencia




La inocencia son unos ojos llenos de asombro, sin saber nada, sin tener nada, sintiéndose en la cima del mundo. Son momentos dorados de alegría, de ninguna tensión, preocupación, ansiedad son momentos para no olvidar jamas.

Segunda infancia



En la primera infancia la inocencia es natural, llega contigo al nacer; sucede a todos. En la segunda infancia la inocencia es el triunfo más grande, no le sucede a todo el mundo. La segunda infancia llega a través de todo tipo de experiencias, es desarrollada, centrada, madura. Es una sensación para sentirse bendecido por tal experiencia. La segun­da infancia es el significado existencial de la medita­ción y a partir de ahí es el gran peregrinaje de regreso a casa, a esa casa que nunca has dejado realmente, que es imposible aban­donar, porque eres tú dondequiera que vayas, te encontrarás allí.

Comportamiento lúdico

El día en el que empecemos a aprender el lenguaje de los pájaros, de las abejas, de la naturaleza será una tremenda revolución pues todos ellos tienen sus maneras de comunicarse. Pero no es así, el corazón siente una pequeña tristeza, porque no hemos sido capaces de aprender a comunicarnos con los seres humanos, y llevamos aquí millones de años. ¿Qué tipo de sandez es ésta que no reconocemos que nos pertenece el resto de la humanidad y que nosotros también le pertenecemos. Todo lo que el hombre ha hecho no ha sido más que destrucción, ha derrochado energía, esa misma energía, ese mismo esfuerzo habría hecho de este mundo el milagro más grande de todo el Universo.
Pero no nos entendemos unos a otros podríamos estar hablan­do el mismo idioma, pero no se espera que nos entendamos, lo que se espera es el malentendido. Por eso las gentes se esconden unos de otros, esconden su infancia, esconden su inocencia, se protegen de todo el mundo, de otro modo verías niños, jóvenes y ancianos todos juntos jugando en este jardín terrenal, disfrutando, riéndose, divirtiéndose.
Sólo un comportamiento lúdico, infantil, inocente es es lo que me gustaría llamar comportamiento virtuoso, religio­so, espiritual.... no sólo humano, sino divino. En el momento en que eres tan inocente como un niño has trascendido la humanidad, has entrado en el mundo de lo divino.

miércoles, 7 de diciembre de 2016

Secretos para convivir con los niños

  • Toda experiencia para confiar que obsequies a un niño, será como enseñarle a confiar en ti.
  • Convivir con los niños propicia de manera natural habilidades para saberse llevar con otros.
  • Un niño que confía, es un niño que se siente capaz, independiente y seguro  y eso sucedió cuando le diste libertad para expresarse, sentir y opinar.
  • Si durante los primeros años de vida prodigas en el niño acciones para auto-descubrirse, sentirse y amarse al salir de casa sabrá cuidarse.
  • Un niño que es capaz de participar con otros, es un niño que se alimenta de respeto y confianza en su hogar.
  • Los vínculos de afecto hacia los niños son como hilos de amor uniendo almas, fortaleciendo espíritus.
  • El desarrollo intelectual, social y emocional que tanto deseas para tu  hijo solo puede gestarse si quién lo desea lo posee, si quién lo quiere lo obsequia, si quien lo fluye permite que sus hijos florezcan por sí mismos.
  • Si las relaciones diarias con los niños están cargadas de certidumbre, al salir del hogar, saldrán cargados de confianza.
  • Cuando un niño aprende a dar afecto, aprende a estar alejado de problemas porque conoce el sentido del respeto.
  • Demostrar el cariño a tus hijos no es una cuestión de tener contenta a la familia, es una cuestión de consagrar el amor en tu hogar.

Las caricias o ...


Sentido del amor


Afectividad