viernes, 28 de febrero de 2014

Estimula los músculos del cuello

Recuesta al bebe boca arriba, toma por una punta un pañuelo de tela o papel delgado, llévalo a la altura de los ojos del niño, aléjalo y acércale lentamente, arriba y abajo, a un lado, al otro de su carita, repite la acción varias veces con la intensión de que siga el pañuelo con la mirada y gire la cabecita, un sencillo ejercicio que prepara en el bebe los músculos del cuello para sostener la cabeza a medida que se desarrolla.

Atender indicaciones

Dale masa para modelar a tu bebe, de preferencia masa comestible. Aunque muchas veces nos resistimos a dar este tipo de material al pequeño por el temor de llevársela a la boca, lo valioso de dar masa a un niño reside en estimular sus manitas, sentir nuevas texturas y muy en especial aprovechas la oportunidad para iniciar al niño a seguir indicaciones en especial el NO. Cuando le dices al niño, que no se lleve la masa a la boca, o bien alejas sus manitas de ella y le dices un NO, lo estas iniciando a comprender los “NO”, lo que tanto preocupa a un padre o una madre “seguir indicaciones”. Momentos valioso para decir al niño no, no se come. Todo estimulo o juego que propicies en tu bebe lo llevara a comprender las indicaciones y ademas participas en su desarrollo.

Tips para hacer la tarea

Las buenas practicas para guiar una tarea se basa en fijar normas  flexibles y acordadas con el niño o la niña, como son: 
  • Horario para realizar la tarea
  • Espacio adecuado que invite al orden y la limpieza
  • Fijar el tiempo para elaborar la tarea
  • Graduar la participación de mama o papa al elaborar las tareas
  • Prever con el niño los recursos materiales o didácticos que requerirá para elaborar la tarea. 
  • Supervisar del inicio y cierre de las tareas
  • Motivar la constancia  y entrega de las tareas
Las malas practicas de una tarea, que crean desajustes emocionales y hábitos inadecuados de derivan de:
  • Permitir que el niño elabore la tarea en cualquier espacio, horario o viendo tv, Internet, móvil.
  • Permitir que el niño se siente hacer la tarea comiendo
  • Sentarse con el niño desde que inicia la tarea, hasta que la concluye, solo propicia dependencia.
  • Sobreexponerlo a tensiones innecesarias como la perfección de las tareas
  • Obligarlo hacer la tarea, solo refleja que el niño no cuenta con normas.
  • Hacerle tu la tarea. 
Las tareas son actividades extraescolares e independientemente de su finalidad educativa para ti son un valioso recurso para contribuir en el desarrollo académico de tu hijo y el anclaje perfecto para iniciarlo en los valores. Una tarea vista desde el plano del cumplimiento escolar esta bien para la escuela, pero una tarea vista desde el plano familiar es un excelente recurso para establecer las primeras normas y responsabilidades del niño siempre  cuando sean dosificadas.

lunes, 24 de febrero de 2014

Llegara el momento de escribir


Estimulación infantil

Las diferencias que saltan a la vista respecto a los diversos grados de madurez entre los niños se deben en particular a su evolución madurativa, pero también es cierto que esta evolución alcanza mayores logros a partir de la estimulación que recibe un niño sea visual, táctil, auditiva o social desencadenadores que jugaran un papel vital a lo largo de su vida.
A partir de que el niño nace necesita de estímulos, si los estímulos externos no existen o son insuficientes, la corteza cerebral del niño se detiene, entonces empezamos a mirar a un niño que no avanza en su desarrollo sea motriz, de lenguaje o cognitivo. Pero también es vital resaltar que los estímulos negativos que llegan a presentarse durante su desarrollo pueden dar lugar a comportamientos inadecuados.
Los estímulos son requisitos primarios y son bien recibidos a partir de que nace el niño, momentos de una gran incorporación de aprendizajes a la corteza cerebral y poseedor de una amplísima sensibilidad lo cual facilita el estimular adecuadamente tanto su pensamiento como sus emociones.
Podemos deducir que, si bien es deseable que los estímulos sean múltiples y variados, lo importante es que se den dentro de una atmosfera afectiva sin tropiezos entre padres e hijos.
El cómo estimular a un niño demanda en gran medida de la capacidad creativa de la madre o del padre, pero muy en especial de su paciencia. El principal inconveniente que enfrentan los padres al estimular a un niño reside en su capacidad para bajarse al nivel del niño, no hablo del cómo le hablas, no, hablo de la capacidad de emplear un lenguaje normal, adecuado y estructuras de pensamiento simples que embonen en una mente infantil. Poseer la intuición para guiarlo y ser altamente observador para mirar el interés del niño determinara el grado de éxito para estimular a tu hijo. Sin embargo generalmente no se estimula al niño, él se  inicia por si solo  en esta gran hazaña. Cuando el padre o la madre se percatan de que el niño no habla,  o que sus movimientos no son normales o bien es un niño inhibido es entonces cuando surge el interés por indagar que sucede, entonces preguntan, se volcán sobre el niño para obtener una respuesta adulta, inmediata, precisa y concreta. Ahí se halla el fracaso del porque a una madre o un padre no estimula a su hijo, porque no espera, desea obtener resultados inmediatos. Cuando este tipo de conductas se vuelven agobiantes solo se obtienen del pequeño rabietas, evasiones o llantos terminando ambos frustrados. Estimular al niño demanda, como ya lo he planteado, salirse de los esquemas de pensamiento adultos respecto al aprendizaje. Permitir que el desarrollo del niño siga su propio curso y estimularlo en los momentos propicios de la vida cotidiana, elementos que bastaran para participar activamente en la educación de tu hijo.
                

viernes, 21 de febrero de 2014

Tener entre sus manos


Estimula lenguaje

A los dos años es recomendable favorece el lenguaje del pequeñito haciendo gorgoritos, trompetillas, balbuceos, etc. cual si recordaran su etapa de bebe. Te sugiero que acompañes los sonidos con fotografías del niño  de cuando era bebe, se sentirá animado para imitarte y a la vez mirarse  de bebe.