martes, 2 de abril de 2013

Aprende por si solo


Solo se trata de dejarlo con las manitas libres, sin objeto alguno, para propiciar la hermosa espontaneidad de impregnarse entre sus manitas.

lunes, 1 de abril de 2013

El lenguaje


En sus inicios y con muchas limitaciones, el lenguaje solo expresa ideas simples y emociones como enojo, sorpresa o alegría. En una segunda etapa aparece el lenguaje llamado egocéntrico, que utiliza el niño entre los tres y seis años de edad, es decir en la etapa preescolar. El lenguaje en esta etapa consiste en ligar de una manera intima lo que se dice con las acciones y los objetos. Se liga la palabra con el objeto y el niño expresa en voz alta lo que piensa, hablándose para sí mismo como si le hablara a otra persona. El lenguaje no dirige la acción, el lenguaje lo acompaña, el niño dice con palabras lo mismo que hace con la acción. En la tercera y última etapa el niño adquiere el llamado lenguaje interno. El niño no emite ningún sonido, pero dentro de su mente se habla a sí mismo. Este tipo de lenguaje permite al niño dirigir mejor sus acciones y ordenar sus pensamientos y emociones. Cuando la evolución cultural del niño le permite adquirir el lenguaje externo finalmente emplea el lenguaje de una manera socializada.

Único!


Cuando iniciamos a trabajar, su cuerpo se perdía entre la silla y la mesa del consultorio. En pocas palabras su cuerpo me gritaba que en ese instante lo único que deseaba era desaparecer. Si desaparecer de este planeta.
Sus padres lo habían llevado hasta el consultorio, pues era reportado por la escuela como un adolescente antisocial y disperso, ante ello jamás me cansare de aseverar; los adultos colocamos grandes lozas de etiquetamientos tontos en las espaldas de otros, y no temo equivocarme de tal juicio.
Nos iniciamos en la terapia de las emociones. Nos aventuramos a mirarnos, a sentirnos, a permitir a su cuerpo salir gradualmente para expresarse. Y a la confianza entrar gradualmente en su corazón para expandirse. Así se inició un adolescente a despedir la timidez que asolaba cada paso que daba entre adultos.
Hoy es un vivaz joven que llega enfundando en un cuerpo seguro y cómodo, entre prendas obscuras y guantes de un negro único.
No solo dimos salida a la seguridad... la confianza lo envolvió a tal grado que habla, discute, opina, sugiere y es capaz de decir a un adulto que puede enfrentar cualquier reto que se cruce por su camino. Así de simple resulta el secreto del éxito en un joven que inicia a VIVIR.

Solo fundido en TU ser


jueves, 28 de marzo de 2013

Mírala!


Una pelota

Una pelota es una excelente oportunidad para jugar con el niño a: rodarla, lanzarla para cacharla, lanzarla arriba-abajo, colocarla a un lado del niño sobre el suelo, al otro lado del niño, caminar alrededor de ella, delante de ella, atrás de ella, o simplemente encestarla. Una pelota produce en el niño increíbles estímulos; afectivos por el solo hecho de contactar contigo, cognitivo por los grandes esfuerzos que estará realizando su pensamiento para cachar, lanzar, percibir, atrapar, atender y por supuesto  toda la gama de movimientos en la que se verá envuelto.

Vestirse - desvertirse

Llegada la edad de los dos añitos resulta favorecer participar en la independencia del niño como en su desarrollo psicomotor. El cómo hacerlo, resulta tan fácil como aprovechar la hora del baño. Un momento propicio para motivarlo a vestirse o desvestirse por sí solo. Previo al baño del pequeño invítalo a que se desvista por si solo, mostrándole cómo hacerlo, y en el momento vestirse vuelve a contribuir con  él. Hasta que el niño lo logre por si solo. Aprovechar cualquier acto de la rutina diaria del pequeño para participar en su independencia, es altamente gratificante para ambos.