miércoles, 11 de abril de 2018

Efecto de las Advertencias


Toda causa tiene su efecto. Toda advertencia que dices a un niño o una niña en aras de atender tus llamados al hablarle, en especial cuando quieres que te obedezcan, llegan a ser altamente nocivas. Quizá en las siguientes líneas me lea tremendamente ácida al abordar los efectos de algunas advertencias. Clásicas advertencias a las que recurren los padres en aras de corregir a sus hijos (as). Con muchas de ellas crecí, recibí al hacerme adulto e incluso replique cuando fui madre situación que; -si hoy volviera a nacer, no lo volvería hacer- en fin solo deseo que cada advertencia que te planteo a continuación propicie en ti una reflexión:
Si no obedeces ya no te voy a querer. Si condicionas a un niño(a) te vales de tu poder sobre ellos pero no te vales de tu inteligencia para lograr que reaccionen a tus llamados.
-Cuento hasta tres para que obedezcas- Porque tienes que contar, porque armarte de muletillas para que reaccione tu hijo (a) ante lo que pides solo generas amplios márgenes de espera, indiferencia, falta de credibilidad en ti, inseguridad para dar una instrucción y sobre todo creas impresionantes plataformas de condicionamiento: -Tu condicionándote a contar  del uno al tres y el niño (a) condicionándose a reaccionar hasta oír el tres-
¡Te lo advierto¡ Porque advertir a un niño o una niña que tú tienes más fuerza, más poder o acaso  ¿porque eres la o él que manda? es por ello que te deben obedecer o porque quieres salir del problema rápidamente porque te cansa pensar diferente, porque no tienes humor o paciencia para buscar alternativas saludables para que los niños reaccionen a lo que pides.
-Si terminas las tareas vamos de compras- Manipulas… ¿te escuchas que manipulas?  Acaso lo haces porque que no has encontrado nuevas formas de desarrollar habilidades escolares en tu hijo o hija o no te has arriesgado a enviar mensajes diferentes a los niños. Cuando un adulto sea consciente cada palabra que dice a un niño (a) no se interpondrá ante un crecimiento espiritual y un crecimiento cerebral.
Si piensas que castigas por el bien del niño, castigas por tu bien porque es lo más cómodo, rápido y satisfaces tus deseos de poder. Quien castiga tiene la supuesta vara de la justicia tan larga que no mira cómo se autodestruye y destruye un alma que aún desconoce cómo defenderse.
Cada que te preguntes porque tu hijo o hija es inhibido, tímido, temeroso o miedoso indaga si castigas, indaga si te impones, indaga si asfixias con imposiciones.
Se precisa de tremenda valentía, voluntad y conciencia para dar un giro a las palabras que destruyen y dar cabida a las palabras que edifican espíritus, almas y cuerpos solo el amor de una madre o un padre tiene el poder de mirar más allá de una advertencia.

Gracias por tolerar mis arrebatos inspiradores en aras de niños y niñas.

2 comentarios:

  1. Me llegó al corazón cada palabra que menciono en este blog De. Consuelo esas advertencias que hacemos a los niños(as) son consecuencia que pasa de generación en generación sino criados de cierta manera que creemos que porque nos funciona el contar hasta tres tenemos el control y un hijo obediente y más bien pareciera que estamos domesticando a un ser que no tuviera sentimientos. Gracias a sus palabras cada día quiero mejorar en la crianza de mi hijo para ya no formar parte de una cadena de advertencias ! Mil mil gracias !!

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    1. Amo saber que deseas salir de tan apabullante domesticación, ame cada una de tus letras que se tatuaran en mi corazon!

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