miércoles, 29 de abril de 2015

Tu infancia perdida

Cuando digo: «Tu infancia perdida», quiero decir tu inocencia, tus ojos llenos de asombro, sin saber nada, sin tener nada, pero a la vez sintiéndote a ti misma en la cima del mundo. Esos momen­tos dorados de asombro, de alegría, de ninguna tensión, de ningu­na preocupación, de ninguna ansiedad, tienen que ser redescubiertos.
Por supuesto, la segunda infancia es mucho más valiosa e im­portante que la primera. En la primera, la inocencia no era algo que te hubieras ganado, así naciste; es algo natural que le sucede a toda infancia. La segunda infancia es tu triunfo más grande; no le sucede a todo el mundo. La segunda infancia te hace inocente sin ignorancia, la segunda in­fancia llega a través de todo tipo de experiencias, es desarrollada, centrada, madura.
Deberías de sentirte bendecida por esta experiencia. La segun­da infancia es exactamente el significado existencial de la medita­ción y a partir de ahí es el gran peregrinaje de regresar a casa, a esa casa que nunca has dejado realmente, que es imposible aban­donar, porque eres tú, dondequiera que vayas, te encontrarás allí.
Sólo hay un ser esencial en ti que estará contigo en cualquier lugar, sin ninguna condición incluso si estás en el infierno, no im­porta, estará contigo, si estás en el cielo no importa, estará contigo.
Encontrar el centro esencial de tu ser es, por una parte, total inocencia, y por la otra es la sabiduría más grande que nunca ha existido sobre la tierra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por dejarme tus comentarios