miércoles, 18 de marzo de 2015

Tu proyecto para hacer seres humanos…humanos

Los adultos son niños que crecieron. Este crecimiento sucede dentro de la familia. ¿Recuerdas como te sentiste cuando viste por primera vez a tu primogénito y lo cargaste entre tus brazos?
¿Recuerdas tus esperanzas, sueños o miedos. Se me figura que son muchos los adultos que tiemblan ante la idea de crear un adulto responsable de un pequeño Ser que recién ha llegado a este mundo. Ningún niño nace con un libro de instrucciones acerca de cómo crecer y desarrollarse  –alguien tiene que inventarlas – en ese momento, no dentro de diez años. Ese alguien serán Ustedes los padres. El libro de instrucciones se convierte en su diseño.
Me parece que la mayoría de los padres sienten una gran responsabilidad para hacer lo mejor que puedan por su hijos. Pueden carecer de información, tener ideas confusas, o ser insensibles, pero creo que por lo general sus intenciones son buenas.
Dos grandes interrogantes se presentan en una u otra forma a los padres: ¿Qué clase de ser humano quiero que sea mi hijo? , y ¿Qué es lo que puedo hacer para lograrlo?
Sus respuestas como padres, significan la base de su diseño, su proyecto para hacer seres humanos…humanos. Todos los padres tienen respuestas a estas preguntas, ya sean claras, indefinidas o dudosas, pero las  tienen.
La tarea no es fácil. Los padres enseñan en la escuela más difícil del mundo –La escuela para formar seres humanos– Ustedes son el consejo directivo, el director, el maestro y el conserje, todo en uno. Se supone que sean expertos en todas las materias relacionadas con la vida y el vivir. Esta lista sigue creciendo a medida que la familia aumenta. Tu escuela no tiene ni vacaciones, ni días feriados, no hay  escalafón ni aumento de sueldo. Tus horarios son de veinticuatro horas diarias trescientos sesenta y cinco días al año por lo menos durante dieciocho años por cada hijo. Además la administración de tu escuela tiene dos directores por si no tienes suficientes problemas.
Dentro de este contexto tienes que seguir haciendo seres humanos. Considero que esta es una de las tareas más duras, complicadas, llena de tensiones y de “sangre, sudor y lagrimas” que hay en la tierra. Requiere de un máximo de paciencia, sentido común, dedicación, humor, tacto, amor, sabiduría, conciencia y conocimiento. Al mismo tiempo, brinda la oportunidad para ser una de las experiencias más satisfactorias y felices de la vida. ¿Qué madre o padre no se siente contenta cuando su hija le dice con los ojos llenos de alegría. “¡Caray!” mama-papa eres fabulosa (o)?

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